




Frank Beckenbauer, tan feliz esta mañana, en el hotel Adlon, cinco minutos antes de recibir a la selección alemana, que fue recibida por todo lo alto por su tercer puesto mundialista (se adivina a Klinsman subiendo las escaleras). Abajo la multitud vitoreando a los suyos fuera del hotel. Y en medio dos perros muy alemanes. Muy patriotas con su banderita de collar.
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