El Valencia y el espíritu fallero
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Los tópicos suelen ser generalizaciones odiosas e injustas. Pero a veces, como sucede con el Valencia C.F., explican situaciones. La destitución de Quique Sánchez Flores como entrenador del Valencia, acertada o no, que ese es otro debate, es una de esas decisiones que apuntalan y alimentan la teoría del ‘espíritu fallero’ que envuelve al club de Mestalla. Ese ‘espíritu fallero’ asociado al Valencia C.F. se lo escuché por primera vez a Elías Israel, ex director de Marca, que conoce bien, por razones profesionales y personales, el entorno del Valencia C.F.
En el entorno del Valencia C.F. se quema todo. Es un equipo que ha conseguido en la última década pasar de ser histórico a ser un grande del fútbol español. Salvo la Champions League (la historia le debe una y la ganará, después de dos finales en los últimos años), ha ganado la Liga, ha ganado la Copa de la UEFA y se ha puesto a la estela del Real Madrid y el Barcelona, los grandes entre los grandes de España y de Europa. Pero el éxito no garantiza que se queme la obra. La ‘cremá’ está garantizada y después de ganar una Liga, la afición, soberana, silba a rabiar al presidente del equipo en la presentación de la siguiente temporada.
En esa ascensión a la elite del fútbol europeo han participado técnicos de primer nivel. Desde que Luis Aragonés casi le quita el Doblete a su Atlético en el 96, Jorge Valdano, Claudio Ranieri, Héctor Cúper, Rafa Benítez y el propio Quique Sánchez Flores, entre otros, han forjado un estilo propio, una forma de jugar que ha logrado títulos. La gestión de Juan Soler, también discutida, ha permitido contar con una plantilla competitiva, pionera en un techo salarial de las figuras que, supuestamente, nadie se salta. Y la viabilidad económica del club se fundamenta en el Nuevo Mestalla. Pero el ‘espíritu fallero’, el quemar los proyectos, el encender la mecha de polémicas y más polémicas en el vestuario, la pirotecnia del entorno, consume proyectos, en una falla permanente, sin ‘ninot indultat’ que valga.
Se ha dicho que la decisión de destituir a Quique Sánchez Flores no fue tomada “a la ligera”, que ha sido meditada. Y no es del todo cierto. Han bastado dos noches malas del equipo, ante el Rosenborg y el Sevilla, para destituir al técnico madrileño en una ‘nit de foc’ esperpéntica porque no había necesidad de reunir al Consejo de Administración de madrugada para echar a Quique. Se podía haber esperado al lunes por la mañana, mucho más si el sustituto no estaba ni elegido. Si todo hubiera estado previsto, el sustituto de Quique estaría cerrado y no es así. Miguel Ángel Ruiz, director deportivo del equipo valencianista, trabaja duro y contrarreloj para cerrar un técnico de garantías en las próximas horas. Si el entrenador elegido no cuenta con el currículo que se ha vendido (mínimo campeón del mundo como Lippi y Scolari) o un ganador resultadista como Capello o Mourinho, el entorno se sentirá defraudado por no haberse cumplido las expectativas creadas. La sombra de Rafa Benítez, el técnico más laureado de la época reciente, se cierne sobre Mestalla. Y Benítez también fue víctima de ese ‘espíritu fallero’ y acabó achicharrado. Y otro 'ninot' que no fue indultado puede reaparecer de entre las llamas: Amedeo Carboni, aparece en el horizonte como el vencedor de una guerra en el que le dieron por muerto (¿correrá peligro Ruiz en su cargo? Se supone que no, pero nadie esta a salvo en la falla del Valencia F.C.)
Remontará el vuelo el murciélago, con una limpieza en un vestuario muy complicado donde los egos chocan hace años. Remontará el vuelo el murciélago, porque las bases de equipo grande están puestas. Remontará el vuelo el murciélago, porque al final siempre escapa de la ‘cremá’. Remontará el vuelo el murciélago, pero sus aficionados deberán rebajar su exigencia. O quizá no. Porque buscando la perfección uno se puede aproximar a ella. Pero, analizado con distancia, el ‘espíritu fallero’ que envuelve al Valencia F.C es... ¡¡¡de traca!!!
Escrito por Matallanas | 1:14 a. m. | Enlace permanente