¡Qué grande mi Niño, nuestro Niño, el Niño de España!
Ya lo contaremos bien en la biografía, cuando me ponga a escribirla, pero lo de hacer el arquero en un partido de un Mundial, acórdarse de su ídolo, de su colega, de su tronco Narváez, hacer suyo aquel arquero de arte del gran 'Kikogol' es un gesto de grandeza, nobleza, de tío grande, muy grande, como es el Niño de España, mi Niño, nuestro Niño. No le exijáis tanto que ya se exige el a tope. Está llamado a cambiar el sino de nuestro fútbol.
Por cierto, Kiko va a explicar aquí las sensaciones que experimentó al ver a Fernando haciendo el arquero. Un anticipo: "No es cuestión de cederle el arquero, estamos hablando de amistad..."
P.D. Tengo fotos haciendo el arquero en todo el mundo, por todo Madrid, no sé si llegan a cien, pero cuando me pongo contento, no necesariamente por el alcohol, oigan, me da por imitar a mi ídolo, que también es un gran amigo. Un día colgaré algunas en la galería del MaTA-dor.
Escrito por Matallanas | 11:33 a. m. | Enlace permanente