JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Desde el club se insiste en que el vestuario del Real Madrid es una balsa de aceite. “El buen rollo y la cultura del esfuerzo” se ha instalado en este arranque de temporada en la caseta madridista. Pero en un equipo de fútbol, y mucho más en el Real Madrid, formado por un grupo de veintitantos veinteañeros, todos quieren jugar. Y en el momento que no cuentan el buen rollo de ese elemento descontento se acaba.

Eso le ha pasado a Royston Drenthe. El sub 21 de Holanda que llegó al Madrid tras forzar su salida echándole un pulso a su Feyenoord. Han bastado varios partidos de suplente (ver post) y varias convocatorias en las que no ha aparecido su nombre para que Drenthe pida al club una salida. Quiere marcharse en el mercado de invierno porque ve que su situación no va a cambiar. Drente ha comprobado que Schuster no le quiere ver ni en pintura de lateral izquierdo y, con Robben lesionado, tampoco le gusta como interior o extremo zurdo.

En la rueda de Prensa, tenística y sobrada, que ofreció Schuster el pasado martes, el técnico alemán se puso nervioso cuando Miguel Ángel Díaz, de Radio Marca, le cuestionó sobre la ausencia reiterada de Drenthe en las convocatorias. Dijo que las explicaciones se las tenía que dar al jugador. Cuando Diego Torres, de El País, insistió y le preguntó sobre su responsabilidad en la contratación del holandés, Schuster se puso aún más nervioso: “¿Tuve usted algo que ver con el fichaje de Drenthe?”, le preguntó Torres. “No tengo nada que decir, no voy a decir nada. Sobra todo”, contestó enigmático el alemán, dando a entender a su vez que no fue él, precisamente, el que recomendó su fichaje.

Drenthe es la primera bombita de las que vendrán. Porque ahí está adormilado y aguantando Julio Baptista, que tras su golazo de chilena al Betis, en una de las escasas oportunidades que ha tenido, no pinta absolutamente nada para Schuster. Baptista no quiere moverse, pero desde el club, con la presión del ostracismo prolongado del entrenador, le están presionando para que se marche en enero, como lo hicieron durante el verano. La ficha de Baptista es enorme y, aunque parece que en el Real Madrid nada es cuestión de dinero, pagar a un jugador un saliro semigaláctico para no utilizarlo es una barbaridad para las cuentas del club, por más que sea el más rico del mundo. También se encuentra desactivada la bomba Soldado y alguna más por ahí… Igual estallan. De momento, Schuster sigue sufriendo y creciéndose en las ruedas de Prensa, en las que cada vez hay más ganas de preguntar.