El Madriles
escenas portuenses (I)
Se llama Federico. Pero a él le gustaría llamarse Raúl, como su ídolo, el ‘7’ del Real Madrid. En El Puerto de Santa María todos le conocen como El Madriles porque nació en Vallecas, aunque su acento es más andaluz que cheli. “¡Cojone!”, sin ‘s’, dice El Madriles, como cualquier gaditano.
El Madriles es pintor. De brocha gorda. Y camarero. Y lo que haga falta para tener un puñado de euros con los que tomarse unas cervecitas. Para eso curra. Pero ahora El Madriles ejerce de pintor. Le está pintando al Capi el patio, andaluz , claro, de su casa. El Capi le ha alojado en el piso de arriba de su bar. Y, a su ritmo, El Madriles va cumpliendo los plazos. Eso sí, cada media hora se gana una cervecita y se desplaza 15 metros, al Bar El Chino, a tomarse un botellín de esos que se hielan en la potente nevera del Capi. “¡Porque me lo he ganado!” Y se gana muchos a lo largo del día porque se lo curra. Y mucho, a tenor de sus explicaciones.
El Madriles estaba en una situación complicada. Muy tirado, vaya. Su rostro con surcos, en vez de patos de gallo, lo delata, con sus ojos inyectados en sangre y achinados de mirar al sol. Y su dentadura, unos dientes muy vividos y muy bebidos. Y su talle enjuto, una figura a la que aspiran todos los que hacen régimenes.
El Capi, que es una ONG, le hizo encargado de su caseta en la Feria de El Puerto la pasada primavera cuando El Madriles estaba sin techo. Y ahora ha encargado a El Madriles que adecente y refresque y blanquee su fabuloso patio, donde sigue haciendo fresco cuando te pega un Levantazo de 7 días . Y le deja su casa para que viva y descanse después de su dura jornada laboral, de la que pasa un alto porcentaje de tiempo en el bar El Chino junto al Capi. Y el Capi, con su humanidad desbordante, le mima, le entiende y le respeta en sus excesos y sus escaqueos. “¡Es que es muy buena gente!”, reitera a Capi.
“Hazme aquí la foto, que se vea la camiseta de Raúl” –me pide El Madriles-. Debajo de la camiseta de Raúl, una de las que preside el bar El Chino, junto a la de Figo y las de Joaquín, sobrino de El Chino que da el nombre a el bar y hermano del Capi, quien regenta hoy el negocio. “Aquí, aquí, que se vea el ‘7’ de Raúl”. Porque para El Madriles, Raúl será titular siempre. Y porque a El Madriles le habría gustado llamarse Raúl. Y pinta el patio del Capi (precioso, andaluz, añil) con esa ilusión. Y acabará su tarea, entre botellín y botellín, algún día.
Escrito por Matallanas | 5:43 p. m. | Enlace permanente