Mourinho no hace caso a Florentino
José Mourinho llegó al Real Madrid como la gran esperanza para frenar al Barça imperial de Pep de Guardiola. Y tras cada Clásico que se juega Mou se está convirtiendo en un problema para el Real Madrid. Florentino Pérez nunca pensó en contratar a Mourinho. Un año antes de su fichaje el presidente madridista comentaba en privado que mientras el fuera el máximo responsable del club de Concha Espina no firmaría a Mou como entrenador. Pero un año después, cuando el Inter entrenado por Mourinho eliminó al Barça, Florentino se convenció (le convencieron) de que el único entrenador que podría plantar cara al equipo culé era el portugués.
Mourinho se quedó todo el poder en la segunda temporada, tras una primera campaña de cohabitación imposible con Jorge Valdano, en la que el adjunto al presidente, director general y portavoz del Real Madrid lanzaba los mensajes que mandaba Florentino Pérez. El entrenador portugués echó un pulso a Valdano y Florentino, que había llevado de nuevo al campeón del mundo argentino al Madrid, dio como ganador a Mourinho. Y puso el club en sus manos. Desde ese día la responsabilidad en la configuración de la plantilla se de Mou, pero es que también diseñó los servicios médicos y, lo que es más grave, la política de comunicación del club.
La obsesión de Mourinho no es entrenar. Su obsesión es que no haya filtraciones. Y cuando se producen centra todos sus esfuerzos en cazar al filtrador. Ha echado a médicos y a futbolistas convencidos de que eran las fuentes de información de los diferentes medios. Su teoría de 'bunkerizar' el club no ha funcionado porque es imposible sellar el flujo de información que genera el Real Madrid. Y mucho más complicado cuando desde dentro ya se abre la barra libre y empiezan a contar todo lo que sucede porque ya aguantan poco o nada al manager portugués. Su obsesión por controlar las filtraciones le lleva a no dar el once hasta una hora del partido para que no se sepa y al extremo de confeccionar el equipo que jugó el último Clásico sin haber ensayado con ese equipo en los entrenamientos.
Florentino Pérez debe imponerse ahora como presidente del Real Madrid. La imagen de Pepe tras el último clásico quedó muy deteriorada. Florentino quería un arrepentimiento inmediato y rotundo. No se hizo en zona mixta tras el partido y se realizó a las veinticuatro horas de una manera poco o nada convincente. Pero es que Mourinho no hace caso ni a Florentino y el ‘perdón’ de Pepe fue como él quiso. Es ingobernable y no acepta indicaciones. Él marca la estrategia sin escuchar a nadie del club, ni al presidente (bueno sí acepta algún consejo de José Ángel Sánchez, el director general ejecutivo del Madrid, que es su gran valedor).
La situación se veía venir y era el riesgo que corría Florentino al darle mando en plaza. Se quiere quedar todo el poder y con su comportamiento a veces no parece el gran entrenador que es. Y con su presencia, la imagen del Madrid está empeorando día a día. La situación se veía venir hace bastantes meses. Pero con Mourinho amortizado, sólo quedará un responsable. El que le dio todo el poder.
Escrito por Matallanas | 6:16 p. m. | Enlace permanente