"Viendo jugar diez minutos al Barcelona disfrutas más que viendo diez partidos al Real Madrid". Esta frase se ha repetido durante todo el partido en la redación de la Cope. La repetía un compañero, que no es del Barça, ni del Real Madrid, y los compañeros madridistas ponían cara de circustancias según iban cayendo los cinco goles del conjunto barcelonista al Panathinaikos. Y la cara de los madridistas se agría cada vez que Etoo marca y hoy ha hecho tres golitos, casi nada. Van Bommel, que llegó con la carta de libertad bajo el brazo, y pudo fichar por el Real Madrid también, también ha marcado y nadie se acordó del gran Deco. Y ese golito de Messi que realmente va para figura y ya está adaptado de sobra al fútbol español y a la elite.
Es verdad que el conjunto griego era una banda, pero igual que el Olympiacos, al que el Real Madrid también goleó, pero con bastante más esfuerzo y, sobre todo, peor juego. Porque, al margen de colores, es un hecho incontestable que ver jugar al Barcelona es un espectáculo visual para cualquier futbolero.
Eso sí, tiene razón Casillas cuando declaró mosqueado, tras el partido ante el Rosenborg al microfono azul de la Cope del Rubio Muñoz, que "si esto es una crisis, me cago en diez!" recordando qeu el Madrid está arriba en la Liga y clasificado para octavos de final de la Champions.
Tiene razón Iker. Pero la diferencia entre Real Madrid y Barcelona, con bajas o sin bajas los madridistas, es qeu el Barcelona enamora y el Real Madrid, de momento, no.