Algunos atléticos no estarán contentos, esos que preferían hoy una derrota para que el Real Madrid no se acercara al Barcelona. Los respeto, pero no les entiendo. El amor a tu equipo debe ester por encima del odio a tu eterno rival. Siempre.
El Atlético se ha marcado un partidazo en el Nou Camp. Ante un Barça mermado, eso sí (nadie puede obviar las ausencias de Ronaldinho, Etoo y Xavi y el cambio por lesión de Messi en el descanso), pero el Atleti ha pegado una lección magistral de contragolpe, esa suerte del fútbol que le hizo grande. Torres ha vuelto a demostrar que es grande, muy grande, y que sabe definir, Petrov ha vuelto a ilusionar y Maxi sigue en matrimonio con el gol. Pero ellos tres lo único que han hecho es manifestar en el campo el trabajo de Pepe Murcia, que ha hecho un bloque valiente, presionante y vertical que vuelve a meter al Atlético en la Liga (los puestos UEFA le quedan a seis puntos, a dos partidos, y a este ritmo, y no vendo humo, podrá soñar con la Champions porque, como ha dicho Kiko en el Tiempo de Juego de la Cope, algo bueno hizo Bianchi: dejar al equipo muy físicamente, de algo sirvieron las palizas del 'profe' Santela). El Barcelona cuenta con margen. Pero el domingo va a Mestalla. Y el Real Madrid le querrá meter presión desde el sábado ganando en San Mamés. Se pone bonita la Liga, oigan.