El cagómetro y el camarero Del Piero
crónicas tirolesas
Cena del martes en Salzburgo. 1-0. Gol de Pirlo. Marca Holanda. Nos toca Italia. Segundo de Italia y segundo de Holanda. Nos toca Italia. Empiezan a llegar mensajes al móvil de Alcalá. "¿A qué hora volvéis el lunes?" Pasamos. Pasamos seguro. Los postres no saben igual. Quiroga se queda tranquilo porque él sigue hasta semifinales mínimo, con España o sin España, pero no da un euro por España. Me quedo frío. Me vengo arriba. Llamo a Fabio Bianchi, mi amigo de la Gazzetta dello Sport, y le digo que rompemos relaciones hasta que los eliminemos. Que no juegan Pirlo ni Gattusso. Más sms preguntando por el regreso el lunes 23. ¿Ultimos días con Luis? Le vamos a echar de menos. Regreso al hotel. Programa con Schuster, Luis y Clemente. Cabezadas con este último. Difícil meter baza con doce pinchados. Bajamos a comentar las mejores jugadas al hall con el Rubio y Jano. Llega Miguelito, de Radio Marca. Cagado. Llega Morales, de Efe. Hiperpesimista. Llega Paco García Caridad. Escéptico. El cagómetro marca su máxima entre los enviados especiales. ¡Qué mala suerte! ¿Y por qué no va a ser esta la buena? ¿Por qué no va a cambiar nuestro sino? ¿Por qué no vamos a competir mejor y a jugar mejor que los italianos? Podemos. Sí podemos. ¡Claro que podemos!
Mañana del miércoles. Me encuentro con Perico, Carlos y compañía, que llegan a la ciudad de Mozart desde el Pub Kuo, nuestro 'meeting point' en el barrio, donde se juntan mi Nini, mi Mario, Barby, Juli, Adolfo, Marci, el Mofe, el Teja, Olga, Esther, todos mis colegas, vaya, a ver a España estos días 'conmigo'. El cántico hiperoptimista de los chicos del Kuo anima y contagia: "El día 22, Italia dice adiós" Veo a mi hermano David, con una peluca y gorro escocés y la cara pintada con la rojigualda. Ha venido de Glasgow a ver a España. Nunca le gustó el fútbol. Pero la selección siempre. Y también es muy optimista. Le doy su entrada.
Vamos de compras. El Rubio y Susana Barquero son pesaditos de 'shopping'. Jano y yo, cortito y al pie. Ver y comprar. Toreros, folclóricas, picoletos y 'Paquito el chocolatero' alimentan el topicazo, pero dan buen rollo. Manolo el del bombo y su banda va calle arriba y calle abajo y se cruzan con otras orquestas pachangueras. La España entera. Mozart en cada escaparate. ¿Quién cobrará sus royalties? Tiene que estar forrado. Los griegos flipan con la fauna ibérica. Un grupito va vestido con la indumentaria del Mundial 82, pantalón ajustadito marcando paquetito incluido. Juega Iniesta ante Grecia. Y está pactado solo un cambio. ¡Ojalá haga el arquero Güiza! Nos sentamos a comer y un camarero del restaurante se ha enfundado la azzurra de Italia con el 7 de Del Piero. Lo ha hecho para intimidar, fijo. Pero sube la moral ver que el de la elástica italiana nos sirve las birras. Veo a mi hermano Carlos. Lleva una camiseta edición limitada de Maradona que le traje de Buenos Aires. Cuando le llevé a Milanello hace dos años estábamos tomando un café que nos había puesto Ancellotti y apareció Tassotti. Carlos apretó los puños y casi se arranca hacia él. "¡Qué cabrón!", masculló entre dientes. Carlos nació en el 81 y, como la mayoría de nuestros internacionales, tienen grabado a fuego en su retina la nariz de Luis Enrique ensangretada aquel día que Baggio la metió y Salinas la falló. La portada de Marca lo recordaba ayer según me cuenta Mauro, mi amigo italiano, a través de un SMS. "Anoche estaba convencido de que España iba a eliminarnos, pero después de ver la portada de Marca empiezo a ver la luz" Esperemos que no sea como la de que íbamos a jubilar a Zidane del Mundial de Alemania...
Vuelta al hotel. Hemos tenido que dejar la habitación a las doce porque está hasta arriba la ocupación hotelera y volvemos a por el coche. Nos encontramos a Marcos Alonso, el Pichón. Me llama Solari para quedar en Madrid para conocer a Mario. "No vuelvo hasta el día 30", le contesto convencido. "Déjense de fantasmas y Tassottis, les tienen que ganar porque pueden ganarles, tienen que convencerse de que pueden ganar a Italia y a cualquiera, porque juegan bien y son buenos". Vale Indiecito. Un abrazo. Se hace largo. El partido no llega nunca. Jano y yo nos echamos un rato en unas tumbunas del hotel a aprovechar que ha salido el sol diez minutos. Al ir a echar un pis miro a la pared y veo dos periódicos colgados. ¿Para qué cuelgan dos periódicos en un servicio? Me percato de que se trata de la portada y la página 9 del periódico del día. Mientras evito 'la ley de salcillo' ojeo los titulares. Nos vamos para el campo. Marca Grecia. Xabi Alonso está imperial. Empata De la Red y desquilibra el marcador Güiza. Hace el arquero. ¡Ese Kiko! Bronca en la zona mixta entre inalámbricos porque el Pipi Estrada se ha colado y ha monopolizado las declaraciones de Güiza. Hay tensión. ¡Se viene Italia!
Escrito por Matallanas | 8:46 a. m. | Enlace permanente