El misterio del banquillo (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado en público
Por Antonio Sanz
Me cuesta mucho entender por qué el Atleti ha tardado tanto en confirmar a Abel Resino al frente de su banquillo. Cuestión de estado parecía. Aún así creo que las millas de futuro que le ofrecen están tan marcadas como las cartas de póker que nos anuncia Paco González. Por eso, aplaudo la quinta marcha de Ángel Torres para retener a Michel, tras el gran trabajo realizado en cinco semanas y media. No hizo falta añadir cuatro más para convencer al presidente. Nada menos al director deportivo que apretó con valentía para cerrar los dos años de fusión. Entre tanto, coincido con Valdano en encontrarse con Pellegrini. Entre las dudas, que siempre conducen al ‘no’, acierta en desterrar a Wenger. En el Mediterráneo, Roig y Llaneza, de lo mejor y más sano de nuestro fútbol, mascullaban extrañamente convencidos de que Manuel aguantaría su promesa. El entrenador chileno les había dejado tranquilos cuando, hace tres semanas, Valdano se aproximó a su manager. El entrenador chileno, tan serio, como prudente, atestiguaba una soltura que atenazaba a quienes apostaron hace tiempo por su presencia en Europa. No les cuadraba, a quienes son ‘viejos zorros’, la ambivalencia que presidía los encuentros. Por eso, tocaron timbres pendientes de aguardar la renuncia. Entonces, desde la capital, el mensaje que se lanzaba provocaba un bypass en el banquillo: esperaban noticias de Londres. La respuesta, tan digna como coherente, invitó al locuaz argentino director general a sacudirse el bolsillo. Se lo dejaron claro: “No hay problema, pero tenéis que pagar cuatro millones de euros”. El ex futbolista, hoy tribulete del nuevo Periodismo, tragó y asumió. El ser superior, le encomendó, como primera misión, apremiar al propietario de la silla. Pero, quien manda consejos de fútbol moderno, era incapaz de sellar una propuesta. Se ocupaba de cerrar al quinto silencioso, que descansaba como comentarista tras patinar en Zaragoza. Después, se cercioraba, en un océano de dudas, de que su elección para el banco era la correcta.
El Villarreal lamenta la incoherencia blanca, pero vuelve a sacar pecho. ¡Qué bien lo hacen! Tocan a Valverde, tras meditar lo de Gregorio, a quien Monchi alejó del Pizjuán por el misterioso y caprichoso criterio del dueño abogado para apostar, sin fe, por la continuidad de Jiménez. Manzano merecía el orden original del podio. Desde el lugar que han bajado a Tapia. Sólo Fernando Sanz sabe, en una actitud tan soberbia como atrevida, el desenlace de una oferta tan escueta como improcedente. Cuando Muñiz, si es que rompe en Santander tras cobrar lo firmado, sea incapaz de enamorar a La Rosaleda, los malagueños criticarán la torpeza de quien se cree un ser mayor, que no superior. Mientras, Portugal espera para volver a Cantabria. Me despido lamentando el despido de Luis Aragonés, tan triste como revelador de la estupidez e impaciencia que habita en el Bósforo. Antes trabajé con un fenómeno que responde al nombre de Zambrano y que sigue sin equipo. Mientras, Juande, que estaba en todas la quinielas, se queda cortado y trata de colocarse… en Rusia. Lo último es el rumor que aleja a Pep Guardiola del banquillo del Barcelona. Dicen que se ha cansado de ganarlo todo y que medita el adiós, tan siniestro como silencioso. Pues claro…
Escrito por Matallanas | 7:29 p. m. | Enlace permanente