¿Os suena?

Por Alfredo Duro

Un libro cuyo título es “Camacho: Fútbol Indómito” sólo puede acabar convirtiéndose en una permanente referencia de lo que el fútbol acaba significando para personajes irrepetibles. Este libro recién presentado ha sido escrito por mi amigo Jesús Gallego con la plena confianza de aportar recuerdos y hechos que son historia viva del Madrid, la selección española y del fútbol español. Su lectura es una fuente inagotable de ejemplos por los que Jose Antonio Camacho hace honor mejor que nadie a un título como ese. Un tipo como él, que hizo del madridismo una intocable razón de ser, demuestra con infinidad de postales blancas teñidas con toneladas de compromiso y no pocas gotas de sangre ese espíritu indomable. El que un buen día le llevó a dar un portazo en las narices de aquellos galácticos cuya ignorancia sobre lo que el Real Madrid significaba provocó su salida del club apenas iniciada la temporada ante el asombro general del mundo entero. Aquel Camacho no habría sido capaz de alimentar el incendio que antorcha en mano le brindaban cada día aquella legión de consentidos. En lugar de quemarlo todo prefirió marcharse. Hoy todo es diferente.

Lo que hoy ocurre nada tiene que ver con la idea de un Madrid que bajo ningún concepto puede estar al servicio de los personalismos. Ni de presidentes, ni entrenador ni de jugadores ni de sus agentes. Pero tampoco puede estar al servicio de aquellos que no admiten lecturas contrarias a sus leyes particulares. Leyes que colocan a Mourinho como único e indiscutible caudillo. En el adalid de un Madrid que parece dispuesto incluso a depurar su misma historia. La que han engrandecido gente como Camacho, auténtico líder de aquellas remontadas históricas en un Bernabeú volcánico y apasionado como pocos estadios en el mundo. Algunos parecen empeñados en convencernos que aquello nunca existió. O que sencillamente pertenece a un mundo de ficción del que hay que renegar para dar paso a esta especie de convulsión suicida que tiene al madridismo en el límite de la guerra civil.

En la presentación del libro sobre la figura de Camacho estuvo presente Vicente del Bosque, cuya galería de títulos no parece estar al alcance de cualquiera, por muy Mourinho que te llames. Tampoco a Del Bosque se le hubiera pasado por la imaginación hacer del Real Madrid esa especie de bolera que es en la actualidad. Su aportación a la historia del club de su vida es indiscutible a pesar del empeño de buena parte de esa yihad mourinhista que todavía hoy pone en tela de juicio el valor del seleccionador en la consecución de, por ejemplo, dos Champions League. En esa comida Vicente del Bosque nos dejó a algunos otra de esas frases que encierran sabiduría y sentido común por igual. Venía a decir que “el vestuario ideal es aquel en el que los jugadores se comportan como les dá la gana pero hacen caso a lo que les dice su entrenador”. Otra de esas postales que conviene guardar, para que el recuerdo de lo que siempre fue el Madrid, no acabe convertido en cenizas.

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