Madrid me Mata (Sport, 7 de febrero de 2006)
El Real Madrid ya ha recortado al Barcelona tres puntos. Y la euforia se ha desatado en la capital de España. Anda el madridismo de subidón. La empresa de alcanzar al Barcelona es harto complicada, por no decir imposible. Si tiramos de estadística, desde que se empezó a sumar 3 puntos con victoria en la Liga, en la campaña 95-96, ningún equipo ha dilapidado una diferencia de 10 puntos desde la jornada 22 a la 38 (ni a la 42 en las campañas de la Liga de los 22). Pero los fríos datos estadísticos dan igual en el entorno madridista y los diarios deportivos madrileños se aferran a la esperanza de los merengues para afrontar la presión y la persecución del Madrid al Barça, como harían, lógicamente, los diarios deportivos de la Ciudad Condal, en el caso inverso. Lo normal.
Da igual. No es momento para el sentido común. Tras el renovado amor del madridismo a Fernando Torres (recordemos: un futbolista admirado por Floro, Butragueño y Ramón Martínez hace mucho tiempo), esta semana toca vender ilusión, con el apasionante Valencia-Barça de fondo, en el que se da por hecho que los de Rijkaard caerán y se quedarán a 6 puntos de los valencianistas y a 7 de los madridistas (aunque el Valencia, ilógicamente, no parece contar en esta lucha por la Liga).Además, el Real Madrid juega la ida de las semifinales de Copa y todo resultado positivo en Zaragoza reforzará la autoestima de los jugadores, los dirigentes y los aficionados madridistas, que se verán en la final de Copa, mientras el Barça ya está eliminado. Y al Arsenal se le ve asequible en los octavos de Champions. Lo dicho, el fútbol es un estado de ánimo. Y se comenta que encima en el Barcelona empiezan los líos con que si Ronaldinho se entrena a su bola para preparar el Mundial. Y que Eto’o volverá ‘depre’ porque falló un penalty decisivo en las semifinales de la Copa de Africa. Fíjate.
Sólo hay un pero entre el madridismo al estado de euforia generalizado, aún contenida en los sectores más realistas, fundamentado en esas ocho victorias (siete consecutivas entre Liga y Copa) y un empate logrados desde que arrancó este año 2006, y pasa por que a los aficionados blancos, que quieren que fichen a los mejores del mundo, les gustaría españolizar a su equipo. Ese dato ya lo sabe Florentino por las encuestas que sigue manejando. Ante el Espanyol, sólo dos españoles acabaron en el once que concluyó el partido (Mejía y Casillas) y el madridista quiere más futbolista patrio con la blanca. Florentino lo sabe y en ello está. Por eso fichó el primer español de su mandato y tiró de talonario para traer a Sergio Ramos, cuyo rendimiento está dejando en un segundo plano el debate de si los 27 millones de euros que pagó por su traspaso (no pagó la cláusula, recordemos que todo fue un paripé) fue una inversión excesiva. Y no debe ser casualidad que el pasado sábado en el palco estuviera Jesús Rodríguez Moya, agente de Reyes. Y que el sevillano es objetivo blanco y saltará a las portadas justo para la eliminatoria de Champions ante el Arsenal. Fijo…
Escrito por Matallanas | 1:39 p. m. | Enlace permanente