El butacón del Garci
José Manuel García
('Quedado especial' de MaTA-dor en Costa Ballena)
Lo dije el otro día: si España se lo cree hasta puede pellizcarle el culo a Brasil. Porque esta selección del Zapatones tiene talento hasta en las uñas de los dedos, pero necesita creérselo, saber que puede llegar hasta más allá del bosque de su tradicional fatalismo, no asustarse porque venga el tío del saco y se lo engulla todo.
Los sacerdotes de nuestros malos farios apuntan a cuartos, como si cuartos fuese la fecha límite de la caducidad del talento de los Xavis y el olfato goleador de Torres y Villa, como si en cuartos tocase rapar la melena de león de Puyol para convertirlo en un lindo y estúpido gatito.
Los augures de vientos huracanados también recuerdan la jugada de Cardeñosa o el gol-que-lo-fue de Michel y miran con ojos de falso Merlín al futbolística hispánico que este año le toque pasar a la historia como protagonista de otra gran cagada.
Así somos los españoles: artistas de lo mejor, fenómenos del fatalismo.
Pero dije hace unos días que este equipo transpira buenas sensaciones. Me basta con mirar al barcelonista Xavi. Recuerdo que me fijé en él durante el Mundial sub-20 de Nigeria (1999), cuando logramos encaramarnos a la cima de los campeones ante los ojos asustados de los especialistas. En aquel evento, nuestros jóvenes cachorros pasaron por encima de la selección de Brasil, que venía con un jugador de chichinabo llamado Ronaldinho.
Xavi es un futbolista antihispánico. Es un ganador nato. Fue el alma en la consecución de aquel Mundial de jóvenes y con el Barça lo ha conseguido todo. Un máquina. El de Hortaleza no tiene un pelo de tonto (aunque sí muchos de cabezota) y si consiguió que humeara su móvil llamando al Fiera azulgrana sería por algo.
Yo creo que va siendo hora de buscarle compañero al gran Telmo Zarra en el podio de las leyendas y Alemania 2006 es un buen Mundial para ello.
Gocemos del nuevo fútbol de España, de la posibilidad de vernos en el último partido con los Riquelme-Tévez-Messi de la Argentina. Gocemos y espantemos por una vez a los fantasmas. Que se vaya a la mierda el tío del saco.
Escrito por Matallanas | 7:55 a. m. | Enlace permanente