El butacón del Garci (X)
José Manuel García ('Quedado especial' de MaTA-dor en Sevilla)
Después de los penaltis apagué con violencia el televisor, yo creo que me cargué el enchufe del arreón que di, pero la rabia anegó la parte de sentido común que todavía me queda y me dejó a oscuras. Tras España, siempre me quedaba Argentina y Argentina y se metió en el callejón del once, el de la lotería de los penaltis, y se produjo lo inevitable. Batacazo albiceleste para gloria de los alemanes, que reparten cera, cojones, camiones de adrenalina pero muy poquito fútbol.
Qué injusto es el fútbol, os lo juro. Analizad el partido y se os quedará el careto de no entender nada. Argentina tuvo el balón la mayoría de las veces y Alemania anduvo tras él todo el tiempo. Entre col y col, patada. Sólo un tal Frings la movía con cierto sentido, aunque también repartió algún latigazo a los tobillos argentinos. Mi adorada albiceleste no supo manejar los tiempos, sobre todo no supo abrochar el partido cuando lo tenía en la mano. Se pasó el toro por la taleguilla y el pitón le abrió la femoral.
Y a casa.
En ese momento, mi corazón se arrugó de puro desconsuelo. Paseé por la Florida, vi gente llorando por entre las arboledas de Palermo, pibes embarcando la pelota en los tejados rotos de Avellaneda, ‘colectivos’ bramar calle Corrientes abajo por un nuevo desastre. Me descamisé y corrí hasta dejar atrás la 9 de Julio en dirección a la Panamericana. Llovía anoche en toda Argentina o eso me pareció a mí. Llovía o lloraba.
¿Qué es Argentina sin fútbol?
Espero que esto dure poco, un día nomás. Mañana será otra cosa. Mañana aparecerá Bianchi y se hará cargo de la selección. Se fue Pékerman, el hacedor de la bendita generación última, padre de los Román, Aimar, Mascherano, Tévez y el Pibito Saviola. Se marchó porque esta enorme selección no llegó hasta donde todos querían. No fue campeona. Pékerman cerró sus bártulos y dijo cháu. El fútbol sigue vivo con el tango, Gardel y Maradona. Esperaremos a Alemania y a los demás. Pero a mí me duele horrores el pellizco.
Postdata: En todos los lugares se rigen los mismos códigos: cuando un proyecto fracasa, se producen dimisiones y se buscan nuevas fórmulas para intentar el triunfo. En todos los lugares menos en España. Villar lleva casi veinte años al frente de la RFEF y nuestra selección ha cosechado un ramillete grosero de fracasos. Pero Angel María Villar sigue al frente de la RFEF con ganas de seguir intentando otro fracaso. Luis Aragonés prometió una semifinal de un Mundial, fracasó y dice que seguirá, que tiene ganas de revancha. Lo malo no es que siga, lo peor es que no asume la mínima autocrítica. Eso es lo grave. Lo demás es muy español. De aquí no se va ni el tato.
Escrito por Matallanas | 8:28 p. m. | Enlace permanente