El retorno del Jedi-Luis (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado en publico
Por Antonio Sanz
En una semana de episodios, algunos de pura ciencia ficción, por qué no recordar a los que nos avisaban de que debíamos evitar convertirnos en personajes del lado oscuro. Transitar por el reverso tenebroso de la fuerza puede acercarnos al cautivador coqueteo de Robinho con el Barça delante de los ojos del presidente Calderón y con el Chelsea en el horizonte, a la tronera que acaba de abrir Del Bosque a Raúl para regresar a la selección, al expreso deseo de Cristiano Ronaldo para dejar colgado a Sir Alex Ferguson y al Manchester United, a la cura de adelgazamiento que Ronaldinho acometerá definitivamente en Milán o al indefinido destino de Etoo, quien busca reencontrarse a si mismo en un lugar tan recóndito como Uzbekistán. Pero, sin duda, la verdadera lucha entre el bien y el mal la puede atestiguar esta semana Juan Villalonga Navarro, un empresario español de 55 años que maneja el Valencia desde hace diez días.
Pues bien, Javier G. Matallanas nos descubría el pasado lunes los contactos entre el nuevo hacedor valencianista y el ‘viejo’ seleccionador Luis Aragonés. Varias claves para analizar y para explicar la marcha atrás de quien ha recogido el testigo de Juan Soler. Contado queda que durante el pasado fin de semana, Palma de Mallorca -donde pasaba unas jornadas de descanso- y Worgl (Austria) -donde realiza la pretemporada- contactaron telefónicamente en un par de ocasiones. La primera llamada de Villalonga a Luis es del viernes día 11, pasadas las diez y media de la noche, para explicarle su proyecto del Valencia 08/09. Le ofreció dos años de contrato a buen dinero y con un añadido de premios por objetivos alcanzados. El entrenador del Fenerbahçe le expuso dos objeciones: el futuro de Unai Emery y encontrar una salida satisfactoria para despedirse de Estambul. Con soluciones en la cabeza, Villalonga hace viajar a Valencia a Vicente Montes -abogado personal del entrenador- y a Pepe Navarro -su agente-. Con todo enfilado, una escena modifica los planes del cerebro del cambio. La publicación de la noticia provoca un encuentro no previsto con Emery. Reunión que le deja dubitativo. El técnico vasco le aborda sin dilación para ponerle en un brete: “mírame a los ojos y dime si soy yo tu entrenador”. El empresario le da un abrazo y le sostiene en el cargo. Este gesto es el que hace reconsiderar el fichaje de Aragonés. Ni la presión de Pedro Cortés, amigo y gran valedor de Luis, puede con la debilidad que se ha apoderado de Villalonga. Es más, los asesores de comunicación del dirigente habían diseñado ya el día de la presentación. Se trataba de provocar el máximo ruido posible y qué mejor día que hacerlo coincidir con el jueves, cuando la FEF había fijado la puesta de largo de Vicente del Bosque. El bombazo informativo, por recurrir al latigillo del veterano periodista que también circuló por la operación, ha sacudido los cimientos de Mestalla. Quizá se aplaza el cambio. Pero es evidente que el comienzo de la ‘era Emery’ en Valencia ha sido nefasto. En un club agitado por la inestabilidad en sus puestos de mando -presidente, director deportivo o entrenador-, más que nunca los resultados describirán el futuro. Y es que el nuevo manager que acaba de aterrizar, Azcargorta, también se vio fuera de la historia. Era un empeño del mandamás. Era su objetivo. Por el momento, los banquillos se quedan como están. Veremos por cuánto tiempo.
Escrito por Matallanas | 10:04 a. m. | Enlace permanente