En busca del '10' perdido (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. columna publicada en público
Por Antonio Sanz
El Atlético de Madrid ha avanzado cambios en el sistema de juego para esta temporada. La reflexión pública de Javier Aguirre nos despeja dudas: “me he equivocado, necesitamos un jugador que pueda dar el último pase”. El entrenador se ha dado cuenta que su equipo es predecible, sin estilo definido y escaso de regularidad. No lo afirmo yo, es un análisis del técnico mexicano. Me parece bien que sea honesto y valiente y lo difunda a los cuatro vientos. No todos son capaces de admitir el error, y más, cuando muchos esperan con la escopeta cargada para dispararle. Y aunque pesa a determinados aduladores nacionales, Aguirre sigue. Y sigue con el mismo espíritu de transparencia.
No es culpa de Aguirre que el conjunto rojiblanco lleve más de una década buscando un ‘10’. Alguien capaz de inyectar a los partidos algo de fútbol cuando entran en tiempo de atasco. Desde la silenciosa llegada de Milinko Pantic, por no transitar demasiado en el pretérito, nadie. El serbio era una apuesta personal de Antic. Generaba dudas por desconocimiento. Incluso, el técnico lanzó un órdago a la directiva: “Si no funciona, me quitáis a mí los 80 millones de pesetas que cuesta el traspaso”. Bueno, por recordar todo: se encontraron también con Pantic (deben agradecer a Prosinecki que decidiera firmar por el Barça y dejara colgado al Atleti). Desde el doblete, pues, agua. Las estrellas se acabaron estrellando y los esperables se diluyeron como el azúcar en el café. Se dejaron una pasta con Juninho, pero su rendimiento decreció tras una grave lesión provocada por una dura entrada de Míchel Salgado. Con menos ruido apareció Valerón. El grancanario enmudeció tras dos años donde se eligió a dos italianos -Sacchi y Ranieri- para dirigirle en el campo. Era poner a un zorro como pastor de gallinas. Incluso, sus últimos partidos los jugó de extremo derecho, para sarcasmo de la grada, por decisión del mister que acabó conduciendo al equipo a Segunda división. En el tránsito del infierno se apostó por Dani Carvalho. Pero el portugués nunca asumió el rol de liderazgo. En el retorno, la entidad firmó a otro insular: Jorge Larena. Con tanta calidad como intermitente la titularidad, acabó arrinconado tras el fichaje de Ibagaza. El ‘Caño’ irrumpió avalado por todos, pero su rendimiento resultó confuso. Evolucionó de más a menos y de menos a más. Renovó, pero García Pitarch y Aguirre le enseñaron la puerta de salida porque, entonces, en aquél sistema de juego no tenía hueco. Se tanteó a Guti, pero el Real Madrid frenó en seco el objetivo y fracasó el experimento de Jurado. Tampoco tuvo sitio Riquelme. Al argentino se le buscó con ahínco en el verano de 2005 y dijo ‘sí’… a renovar en Villarreal. Dos años después, la ida y la vuelta del fútbol: él buscó al Atleti y se le dijo… ‘ahora no’. Cuatro estaciones más tarde vuelve a estar en la quiniela de futuribles. Sería un error. Su momento pasó. Aguirre tiene claro el ‘10’ que necesita: David Silva. Eso sí, la Eurocopa le ha puesto un precio prohibitivo. Mientras, se bucea en el futuro y tientan a Augusto Fernández. Van der Vaart se escapa al vecino y entretanto ofrecen, otra vez, a Tiago. Y ya puestos, a mí me gusta Diego. Está peleado con el Werder Bremen y busca salida. Pero claro, un jugador así vale dinero. Mucho dinero. De verdad, ¿se lo quieren gastar?
Escrito por Matallanas | 10:59 a. m. | Enlace permanente