Carrera continua
Recuerdo la pretemporada del Real Madrid de 2003, cuando realizó su primera gira asiático a las órdenes de Carlos Queiroz, que se estrenaba como técnico madridista. Estuvo 10 en Kumming y allí realizaron sesiones de entrenamiento clásicas de pretemporada y llamó la atención que Ronaldo no hacia carrera continua con el grupo. Todos lo vimos como una prebenda para el galáctico más díscolo. Pero la explicación de Walter di Salvo, entonces preparador físico recién llegado con Queiroz, dejó claro que se trataba de un trabajo físico específico para Ronaldo, que le venía mucho mejor hacer series de velocidad resistencia, que la carrera continua habitual que realizaban la mayoría de sus compañeros. Ahora casi todos los preparadores físicos trabajan de forma personalizada, y se da gran importancia a la recuperación, contando todos los equipos con preparadores recuperadores (el fichaje más importante para Guardiola ha sido el de Lorenzo Buenaventura para esta función).
Pero, a pesar de los avances, la pretemporada sigue siendo el período que menos gusta a los futbolistas. Estos días estoy evocando, someramente, las sensaciones que experimentaba cuando realizaba las pretemporadas en mi etapa de futbolista juvenil. Esas mañanas y esas tardes en el Paque Sur, pegado al Cotorruelo, metiendo minutos de carrera continua o subiendo esas cuestas eternas y tremendas. Esos días en el Amorós. Eran días de sacrificio, mientras todos los colegas estaban en la piscinita o en la playa, tu ya estabas liado para el veintitantos de julio. Entoces no éramos conscientes de que ese sacrificio te proporcionaría una vida placentera, principalmente por poder vivir de jugar al fútbol. Por eso a veces llegabas a la pretemporada justito. Recuerdo un año que no pudimos terminar ninguno el día que llegamos. ¡Qué palizón! Alguno hasta 'cambio la libra', como dicen los chelis, y luego llegó a ser futbolista profesional. He vuelto a recordar aquellos días duros de pretemporada, días intensos, de torneos de verano juveniles, los he vuelto a recordar porque llevo 8 días saliendo a correr en la playa. No corría tantos días seguidos desde finales de los 80, desde aquellas pretemporadas en Cotorruelo y Amorós. Y me está gustando. A ver sí me dura. Aunque molaba mucho más correr en grupo. Pero bueno, hoy lo mismo hago doble sesión. ¡Nini, este Marito hace milagros!
Escrito por Matallanas | 3:50 p. m. | Enlace permanente