Del botellón del Manzanares al “trata de arrancarlo, Carlos”

No es la primera vez que en el Vicente Calderón se produce una lluvia de objetos desde el fondo sur del estadio. Aún recordamos docenas y docenas de huevos impactando sobre Toni Jiménez, entonces portero del Atlético, en otra imagen lamentable o pelotas de goma rebotando en esa misma portería donde cayó una botella de whisky el jueves y un bote de cerveza impactó sobre Palop, meta del Sevilla. Es un problema grave que los responsables del Atlético ni han podido ni han sabido y, sobre todo, no han querido atajar. La escena de Miguel Angel Gil Marín negociando con los cabecillas de los ultras rojiblancos mientras se reanudaba el partido tras el parón, por más que el consejero delegado del Atlético tuviera la buena intención de frenar los incidentes, refleja a las claras la estrecha relación entre el dueño del club y los radicales, que son los culpables de que toda la afición del Atlético vuelva a quedar manchada por sus barrabasadas.

El Atlético sacó ayer un comunicado oficial en el que pedía perdón por la lamentable, bochornosa y vergonzosa imagen que ofreció el club ‘gracias’ a estos exaltados. Un comunicado para alabar, pero que no se puede quedar ahí. El Atlético, sus dueños, deben romper de una vez por todas con ese grupo radical que, en muchas cuestiones, manejan el club porque todas las decisiones deben ser ‘autorizadas’ por ellos. Un ejemplo reciente: si gritan el nombre de Ibagaza insistentemente, pues a la semana se le renueva. Lo que pasó ante el Sevilla, sin entrar en valorar el arbitraje porque no se puede justificar esa lluvia de objetos ni aunque el ‘robo’ fuera manifiesto, era previsible porque el problema nunca se ha atajado. A Joan Laporta se lo podrán criticar cosas de su gestión al frente del Barcelona, pero el fútbol español debe estarle agradecido por haber quitado el apoyo oficial a los ultras del club. Algo que deberían hacer de inmediato Cerezo y Gil Marín, así como todos los dirigentes del fútbol español.

Mientras el Atlético se encuentra confundido por el bochorno del Manzanares del pasado jueves y su objetivo de la UEFA corre peligro si no reaccionan rápido y cambian de actitud algunos jugadores y se limitan a jugar al fútbol y dejar de hacer de matones baratos, como refleja el acta de Ayza Gámez, el colegiado que la ‘lió’ ante el Sevilla, en el otro club de la capital de España, el Real Madrid, el caos sigue creciendo. Fernando Martín se mantiene firme en no convocar elecciones, aunque la junta directiva puede darle una sorpresa la próxima semana. El equipo sigue en peligro de desplome, ya es tercero y no es cuarto gracias al gol de Ronaldo en La Romareda. Sólo si aparece Ronie puede evitar el desastre de perder la segunda plaza. López Caro está perdido, por más que el presidente le ratifique hasta final de temporada. Y lo único positivo fue la intervención de Carlos Saiz en ‘El Rondo’ de La 2 de TVE el miércoles. El campeón del mundo de rallies puede ser una alternativa. Aún está verde, pero su discurso e intenciones agradaron al madridismo. Lo que pasa es que la caótica situación del Real Madrid le puede hacer que el lema de su candidatura sea, como bromeaba Kiko Narváez tras ‘El Rondo’, aquel de “¡Trata de arrancarlo, Carlos!”.