El Milan-Inter, a vuela pluma
Ayer, por primera vez, viví un Milan-Inter. Con la referencia del Madrid-Atleti, percibí un ambiente mucho mayor que el que se vive en el derbi madrileño, especialmente comparándole con el recientemente celebrado en el Bernabéu. Me refiero a la intensidad de los aficionados milanistas, que eran mayoría en San Siro, no sólo porque jugasen de local en el estadio compartido por los equipos italianos, sino porque, además, los ultras del Inter se quedaron fuera del estadio dejando huérfanos de apoyo y de cánticos a los neroazzurri desde la 'curva norte'. "No estamos en el estadio porque vosotros nunca habéis estado en el campo", rezaba una pancarta colgada por ausentes tifossi del Inter. "Perder así es perder la dignidad", decía otra pancarta referida a la derrota en Champions ante el Villarreal que ha abierto una crisis que puede desemboca en la venta del club por su dueño Massimo Moratti.
En el otro fondo, una enorme foto de Dante, con una parodia de la Divina Comedia referida al eterno rival. Un tifo original en el que los del Milan se mofaban de los del Inter encabezado por la frase: "Desde 1908, sois la verdadera comedia", refiriéndose al año de fundación del Inter. La batalla previa estaba ganada por el Milan por la superioridad aplastante de aficionados y cuando el 'speaker' da los dorsales y los hinchas vocean apasionadamente el nombre de sus jugadores, San Siro retumbaba y el gol que luego marcó Kaladze en el segundo tiempo, y que dio un triunfo al Milan que le deja a cuatro puntos de la Juve, que juega ahora, ya estaba marcado. "La Banca Intensa te presenta el primer tiempo del Milan-Inter", gritaba el 'speaker. Y, patrocinado, empezó el derbi.
Figo tuvo cositas, pero la velocidad le ha abandonado definitivamente, Adriano parece mucho más torpe de lo que es por la ansiedad y angustia con la que busca el gol, Mihajlovic se rompió en los primeros minutos, una muestra más de que es un veterano que juega porque es colega de Mancini. Le sustituyó el 'carnicero' Materazzi, que no paró de ser insultado por todo los milanistas, a su madre aún le estarán pitando los oídos, ¡cómo le odian! Y Solari, que ha metido al Inter con sus goles en la final de Copa, volvió a ser humillado por su técnico y sólo jugó ocho minutos.
Ancelotti no reservó prácticamente a nadie para el Barça. El Milan estuvo plomizo, denso, pero aún así manejó el partido. Seedorf hizo casi todo bien con esa indolencia innata y ese fútbol de alta escuela que le mantiene en lo más alto del fútbol mundial. Gilardino se desesperó con De Santis, que se marcó un arbitraje flojito, impropio del mejor de Italia. Kaká y Shevchenko estuvieron amagados, como pensando en el Barça y Gattuso... ¡hizo dos regates!.
Tras el descanso nos dieron una hoja con la asistencia (74.137 'spettatori') y la recaudación (1.557.933 euros, los 50.392 abonados del Milan que acudieron pagaban). Hubo momentos en que lo del césped era infumable y la verdad es que te distraías con el ambientazo, escuchando como insultan y se desfogan los aficionados italianos, los de bastardo y 'saco de merda', era una cantinela repetida, no sólo contra el rival, uno del Milan la tomó con Gilardino y ¡cómo le puso porque se le fue un remate de cabeza!. Pero la experiencia fue genial. El objetivo es vivir todos los grandes clásicos. El Boca-River está en la agenda a medio plazo. A ver si coincide allá por noviembre que Sabina va a actuar en La Bombonera.
CARA A CARA CON BERLUSCONI
La guinda del partido fue tener a veinte centímetros a Silvio Berlusconi. Mañana escucharéis la mini entrevista en El Tirachinas. El primer ministro italiano bajaba al vestuario en su condición de mandamás del Milan. Es un tipo que persuade, habla pausado, tiene la cara como de goma, se le achinan los ojos cuando da énfasis, sin alzar la voz, a sus aseveraciones. Después se pasó por la zona mixta y se paró en todos los corrillos, quería mezclar el fútbol con la política y no hubo mejor día que el triunfo del Milan al Inter. Empezaba hablando del triunfo del Milan y sus declaraciones desembocaban, irremisiblemente en las últimas elecciones italianas que acaba de perder. Establecía conversación con los periodistas, les contaba anécdotas. No tenía prisa. Concluyó su turné mediática con los enviados especiales de medios catalanes a los que comentó que "el Barcelona tiene a Ronaldinho, pero nosotros tenemos a Kaká". Que el Camp Nou le traía grandes recuerdos porque allí ganó su primera Copa de Europa, que Laporta era un gran presidente, que no sabía si acudiría al partido de vuelta en Barcelona porque dependía de la situación política italiana. Acabó reconociendo que José María Aznar fue el primero que le llamó tras las elecciones para felicitarle por su excelente campaña electoral. En su boca, la palabra 'sinistra', la izquierda en italiano, suena siniestra. Y, como colofón con los periodista españoles, estuvo a punto de cantar, a petición de Cristina Cubero de El Mundo Deportivo. Don Silvio, todo un personaje.
Escrito por Matallanas | 12:41 p. m. | Enlace permanente