La sintomática dimisión de Abásolo
MATA-DOR. ARTÍCULO PUBLICADO HOY EN MARCA
Fernando García Abásolo era el vicepresidente económico del Atlético de Madrid y no le conocerá ni el 5 por ciento de la masa social rojiblanca. Es el tercer máximo accionista del Atlético y apenas se sabe. Pero su perfil bajo no impide que su dimisión sea más que sintomática.
La dimisión de Abásolo (“por discrepancias en la gestión”) es la evidencia de que el Atlético de Madrid está mal, muy mal gestionado. Por eso se marcha y porque ve que no hay manera de que se mejore la gestión por más buena voluntad que le ponga Miguel Angel Gil Marín, con quien mantiene una relación personal extraordinaria, por cierto, y ha intentado convencerle con insistencia para evitar su marcha, sin ningún éxito.
Abásolo impulsó la Comisión Ejecutiva para tomar las decisiones colegiadas y para dar autonomía al Área Deportiva. Advirtió en su creación que si no funcionaba se iba. Y no ha funcionado. Se han saltado a la torera ese órgano y Abásolo lo ha visto imposible y se ha ido a hacer una oposición desde dentro.
Para eso entró en el club. Gil Marín le metió en el Consejo de Administración contra la voluntad de Jesús Gil, que no le podía ni ver por haber sido su azote en la oposición. Exigió la dimisión de Gil y a los dos meses Cerezo era el presidente.
Abásolo intentó imponer el rigor económico en la gestión controlándola y llevando a profesionales que desarrollaran sus ideas, profesionales que se marcharon también cansados de no tener margen de maniobra para trabajar.
Se ha marchado señalando la ya conocida bicefalia que fagocita el Atleti al apuntar que existe “un problema de comunicación en el club, que, en muchos momentos, da dos mensajes distintos y contradictorios entre sí, que sólo contribuyen a desorientar y desilusionar a los aficionados".
La dimisión de Abásolo es el síntoma más claro de que el Atlético está mal, muy mal gestionado. ¿Intentarán cerrar filas ahora con fotitos de familia en el Palace esperando que los resultados calmen la tormenta? Lo pueden intentar, pero la bicefalia sigue existiendo. Y cada vez perjudica más al Atleti. Y Abásolo no ha querido ser cómplice. Ni cooperador necesario.
Escrito por Matallanas | 8:28 p. m. | Enlace permanente