Leo, ¿a quién fichamos? (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado hoy en público
Por Antonio Sanz
Es la joya de la corona. El pilar sobre el que se edifica el proyecto. El héroe de la grada lejos de la galaxia. El niño bonito. El mejor jugador del mundo. Es Leo Messi, el sucesor, vestido de azulgrana, de Maradona o Ronaldinho. Un futbolista diferente que hace distinto al Barcelona. Mucho se ha cuestionado la política de altas y bajas del club que preside por último año Joan Laporta. Desde el forzado e innegociable adiós al que se sometió a Samuel Etoo hasta la cándida llegada de Chygrynskiy por un ‘desorbitado’ precio de 25 millones de euros, salpicado, además, con la ironía del presidente que no termina de creer en el óptimo rendimiento de este central ucraniano de 22 años. Por aquí y por la marcha del camerunés se le espera a Guardiola. El héroe de los cinco títulos respira hondo porque se ha quitado de encima a Etoo con quien no compartía ni razones ni estímulos. Su relación de sentimientos encontrados equidistaba con la que Samuel mantenía con la presidencia Pep optó por sacrificar goles para evitar sobresaltos, consciente de que la arriesgada apuesta le puede salir cara.
El entrenador del Barcelona solicitó tres refuerzos, uno menos fundamental, y un cese: la salida del africano forzaba a contratar a un ariete de garantías. Los puestos a mejorar: lateral izquierdo -tras la baja de Sylvinho-, central -forzado por la salida de Cáceres, por la inestable rodilla de Milito y por las constantes dolencias físicas de Márquez- y mediocentro defensivo, el menos fundamental, -por la marcha de Touré Yaya a la Copa de África el próximo enero-. La primera apuesta del técnico era la de Filipe Luis, el esbelto zurdo brasileño del Deportivo. Pero cuando se estaban redactando los contratos en el Camp Nou, Mino Raiola, el agente de Ibrahimovic, se cargó la operación. Sugirió que con Maxwell en el equipo sería más sencillo convencer al sueco y al Inter para el intercambio con Etoo. El mando no lo dudó. La llegada del ucraniano se debe a lo terco que se puso Guardiola. No apreciaba más y mejor ‘5’ que el del Shakhtar. Laporta consintió por la caída de otro título -la Supercopa nacional-. Y en el tercer puesto que los técnicos propusieron surgió el nombre de Javier Mascherano. No a propuesta de Guardiola y sí… de Leo Messi. Después de la orgía del triplete la cúpula azulgrana celebraba en Roma la Champions. Entre brindis y brindis, alguien preguntó a la ‘pulga’ argentina el nombre del futbolista que él elegiría para reforzar la plantilla. Messi no se cortó: “Mascherano. Es el jugador que nos falta”. Sin embargo, se toparon con Xabi Alonso. El deseo del donostiarra de abandonar Liverpool provocó que Rafa Benítez ni se plantease desprenderse del capitán de la albiceleste. La negociación no avanzó, pero se retomará en el próximo verano… si Beguiristain sigue en el puesto de director deportivo gracias a que los socios elijan como nuevo presidente a la línea continuista que apoyará Laporta.
La última sorpresa que nos ocultaba la presidencia era la adquisición de Robinho. La decadencia de Henry forzaba a intentar firmar al brasileño del Manchester City. Con el chico convencido de su retorno a la Liga, los ingleses evitaron debilitarse. Aunque tampoco era una solicitud expresa de Guardiola. Vamos, que la ‘bomba’ era más mediática que deportiva. Pep volvió a ver, por un momento, la sombra de Etoo.
Escrito por Matallanas | 6:00 p. m. | Enlace permanente