Unai Emery sí patenta como neutralizar al Barça
Decía Hugo Sánchez hace un par de semanas, después de salir derrotado su Almería por la mínima en el Nou Camp, que él había patentado cómo jugar al intratable FC Barcelona de Pep Guardiola. Visto lo visto el sábado por la noche en Mestalla, el invento de Hugo se queda pequeño e ineficaz, por obsoleto, con el planteamiento táctico que dispuso Unai Emery para recibir al Barça.
Si Hugo Sánchez realizó un marcaje al hombre por todo el campo a Xavi Hernández, Emery cortocircuitó la salida de balón del Barcelona por la banda derecha. El entrenador del Valencia colocó a Bruno de lateral y a Mathieu le adelantó y le puso de volante por la izquierda.
Con esta variante táctica provocó que Dani Alves viviera, probablemente, su peor partido como azulgrana. Emery taponó la salida de balón de los pies del imparable Gerard Piqué, neutralizó a Alves y, lo más importante, impidió que el Barcelona tuviera superioridad en medio del campo, lo que se tradujo en que los de Guardiola nunca triangularan con ventaja en su avance hacia al área rival, como suelen hacer.
La táctica de Emery, que funcionó casi a la perfección en el primer tiempo, fue una demostración de que hay alguna manera de parar al Barça sin marcajes individuales del siglo pasado y sin dar patadas. Emery sí patentó el sábado una manera de frenar al Barcelona con la posibilidad de ganarle, no únicamente de neutralizar su torrente de juego ofensivo.
Es cierto que el Valencia se encontró un Xavi sin el mismo ritmo ni el mismo 'feeling' con el que suele jugar, pero la propuesta del entrenador del Valencia pudo adelantar a los suyos en el marcador porque le jugó al Barcelona de tú a tú.
Aún así, pese al tropiezo del Barça de Guardiola en Mestalla, que no pudo batir su record al ganar su séptimo partido de forma consecutiva, el conjunto azulgrana pudo imponerse al Valencia, que mejoró también mucho en su fase defensiva, en la segunda parte. Y el fútbol del Barça sigue siendo mucho más vistoso y fascinante que el del Real Madrid.
El equipo de Pellegrini sigue arrojando muchas dudas y se revela como un conjunto eminentemente resultadista que no conquista el corazón de sus aficionados con su juego, como quiere su presidente Florentino Pérez. Con Juande Ramos en el banquillo, el Real Madrid también golearía. Pellegrini, de momento, tras la inversión más alta de la historia del Real Madrid, no ha aportado nada y su equipo ni fascina ni enamora a los madridistas.
Escrito por Matallanas | 12:18 p. m. | Enlace permanente