¡Adiós 2005! ¡Hola 2006!

Hoy acaba 2005. El año en que Figo se marchó del Real Madrid por la puerta de atrás, ¡quién lo iba a decir en julio del 2000! El año en el que echaron a Luxemburgo, que en sus números igualaba a Rijkaard. El año en que se fue Sacchi y llegó Benito Floro. Y Pablo García fichó por el Real Madrid. El año en que Solari fue renovado por aclamación popular y luego traspasado por cero euros al Inter de Milán. Concluye el año en el que el sueño de Madrid 2012 cayó en agua de borrajas por el despiste de un griego en la votación. El año en que el Real Madrid estuvo a punto de impugnar un partido –¡recuerdan!–, el del pitido fantasma de Rodríguez Santiago* en Montjuïc. El año en que Florentino hizo autocrítica reconociendo que habían perdido un poco el rumbo deportivo. El año en que Butragueño reveló que Florentino era un “ser superior”.

Hoy cae la última hoja en el calendario de ese 2005, año en el que el arriba firmante comprobó los versos de Serrat, que dicen que “nunca vuelve aquello que se pierde, y la marea sube y luego baja, supe que lo sencillo no es lo necio, que no hay que confundir valor y precio y que un manjar puede ser cualquier bocado, si el horizonte es luz y el rumbo un beso”. Fue duro, durísimo, lo de ‘Marca’, pero ahí estaban el Tirachinas de la Cope y el SPORT dándome mi espacio, mi lugar en el mundo. El año en que contemplé el milagro de Estambul de ese Spanish Liverpool del gran Rafa Benítez, que demostró que siempre hay que creer en la utopía y levantó un 3-0 del todopoderoso Milan. El año en que Ronaldinho, el que juega sonriendo, se proclamó el mejor del mundo. El año de Osasuna, el de la vuelta de Ricardo a la Liga. El año de Nadal y de Federer, el del último Tour de Armstrong. Se va 2005, el año en el que nuestro campeón Fernando Alonso nos hizo creer a los españolitos que en cada semáforo estábamos en la ‘pole position’. El año en el que Maradona resucitó.

Y llega 2006. El año en el que el Real Madrid intentará ganar de nuevo un título (¡y lo puede ganar!), con permiso de ese Barça de ensueño que no tiene techo. El año en el que el Atlético volverá a su sitio e intentará meterse en Champions o abrirá su capital a un ruso que le haga competir con el Real Madrid, como en todo el siglo XX. El año del ascenso del Rayo, el primer éxito de los muchos que logrará Michel. El año que verá el récord en el plazo de recuperación de Xavi Hernández –¡qué máquina!–. Y Raúl también estará en el Mundial y le faltará menos para cumplir su sueño de niño. El año en que don Alfredo di Stéfano volverá a dar la camiseta a nuevos galácticos. El año en que Luis Aragonés, el mejor, nos hará soñar de nuevo a esos millones de españoles que nos ilusionamos en cada Mundial con la selección española. El año de Fernando Torres…

*En la columna original me equivoqué -craso error, perdonad- y había puesto Ramírez Domínguez. Sorry!!!