Florentino, la eficacia empresarial y la seriedad del Real Madrid

Florentino Pérez decidirá hoy si ficha o no ficha para este mercado de enero. Decidirá si habrá nuevos refuerzos además de Cicinho, un lateral derecho fichado en verano que viene a aumentar la competencia a Salgado que ya contaba con la ‘presión’ de Diogo y Miñambres. La llegada de Cassano, más que posible, cuyo fichaje definitivo también decidirá, se supone, hoy. Sobre la mesa de la reunión estarán nombres de centrocampistas para reforzar la plantilla, con Benito Floro, y López Caro de interlocutores. Las jornadas laborales de Florentino son interminables incluso en estos días tan señalados. Desde las ocho de la mañana a las diez de la noche se pasa también estas fechas navideñas buscando soluciones para su Real Madrid. Y nada de copiosas cenas, un sandwich en una cafetería para cerrar el último encuentro del día. Frugal, práctico y resolutivo, como gran empresario.

Lo que es discutible, debatible, analizable e, incluso, desde el cariño, criticable desde una concepción de eficacia empresarial, es que el Real Madrid pueda fichar a un segundo delantero, un media punta, como Cassano, pagando más de cinco millones de euros, cuando en junio queda libre y llegaría a coste cero. La Roma pide unos ocho millones de euros y en la negociación, el traspaso puede cerrarse en esos poco más de cinco millones de euros. “Da igual, somos el club más rico del mundo”, me comenta un amigo madridista. Pero por más pasta que tengas no la debes derrochar, ¿verdad? La pasada campaña por estas fechas se pagó por Gravesen 3 millones de euros, cuando también quedaba libre en julio, y la inversión no ha obtenido la productividad esperada.

Lo que nadie podrá discutir a Benito Floro es su sinceridad y su clarificación del escenario en su primera turné mediática: "Al final, el que ficha es el presidente". Perfecto. Para ese viaje no hacían falta estas alforjas. Si el nuevo director de fútbol deja claro que la responsabilidad final es del jefe, ¿para qué ficha éste ejecutivos? En las constructoras si delegas funciones en los jefes de obra, si tienen mando, controlan y deciden, la rentabilidad suele estar garantizada. En el mundo del fútbol, Florentino aún no ha conseguido encontrar la fórmula para delegar. Y cuando la inocentada de que Butragueño quiere fichar a Guardiola como cerebro es creída por muchos como noticia real, hasta que reparan en la fecha de ayer, es porque el Real Madrid empieza a no ser tomado en serio. Y eso sí que es preocupante para el mejor club deportivo del siglo XX.