Son innumerables, todas deliciosas y divertidas, las anécdotas que se cuentan de Alfredo di Stéfano. Muchas son tamizadas con la imaginación del que lo cuenta, que igual ni conoce a Di Stéfano, pero cuenta con relaciones con conocidos de Alfredo o conocidos de conocidos que le han contado la historia y puede llegar distorsionada, pero así son las anécdotas, como las leyendas urbanas.

“Esta tarde ví llover”

Hay dos versiones, seguro que ambas buenas, porque La Saeta las pudo protagonizar como entrenador y como presidente de honor (seguro que también como jugador). Vamos con la de técnico. Alfredo de míster del Madrid en los 80. Los Juanito, Camacho, Del Boque y compañía pierden un partido en El Sardinero ante el Racing. Llovió y llovió todo el partido y el Racing aguantó el chaparrón para ganar los puntos en juego y el Madrid naufragó. Di Stéfano, apoyado en el quicio de la puerta, mira hacia el vestuario, a nadie en concreto. Los futbolistas se van duchando y van saliendo del vestuario. Di Stéfano canta un bolero: “Esta tarde vi llover, y vi gente correr y NO ESTABAS TÚ”. Un repaso con estilo y sorna. De ‘crack’, vaya. Los futbolistas agachan la cabeza y se van con una sonrisa, entre cómica y enrabietada, al autocar. Cuentan que también utilizó la canción años después tras otra derrota madridista cuando el Madrid pre-galáctico, aquel que se llamaba ‘el de los Ferraris’, tras una derrota en un partido en el que cayó un aguacero. "Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú".

“Al extremo izquierdo déjele tranquilo”

Los compañeros que pertenecían a aquella Peña Belfast se la saben mejor que yo, por supuesto. Era un grupo de periodistas que se reunían para hablar de fútbol con personajes del fútbol y entre sus miembros estaban técnicos como Benito Floro o Javi Clemente. En uno de estos encuentros al que acudieron Di Stéfano y Luis Aragonés, llegados los postres y las copas, dos de los técnicos presentes, Floro y Clemente, según mi versión, se ponen a hacer lo que hacen muy habitualmente en las sobremesas los entrenadores, se hacen dueños de los vasos y empiezan a explicar sistemas con las copas haciendo las veces de futbolistas sobre el terreno de juego del mantel con migas. “Está es la línea de cuatro, achica y acompaña en la presión. Sale el lateral y viene el extremo…” Y cuando engancha el wiskhy que está degustando Di Stéfano, salta don Alfredo reteniendo su copa: “Che, querido, al extremo izquierda déjele tranquilo, no le meta en líos”. Y no participó en el desarrollo táctico del compañero, hoy director de fútbol del Real Madrid. (Otras versiones aseguran que don Alfredo exclamó: “¡Al delantero centro ni tocarlo!”)

“¿En que terrón se va a posar la mosca?”

Finales de los 50. Concentración del Real Madrid. El tedio, la rutina, siempre han sido los peores de los futbolistas en las largas horas de hotel. Los campeones de aquel Real Madrid que deslumbraba al mundo con su dominio absoluto en la Copa de Europa eran jugadores y apostaban por todo. Si no había baraja, cualquier apuesta valía. Se podían poner varios alrededor de una mesa, con un platito y un terrón de azúcar enfrente de cada uno. “Apostamos un duro y gana al que primero se le pose la mosca en su terrón”. Otra apuesta era asomarse a la ventana, en un Madrid con muchísimos menos coches que el actual, claro, y esperar unos minutos a que apréciese el primer Barreiros o Milquinientos y la apuesta era par o impar… ¡el número con el que terminaba la matrícula! Por supuesto, Di Stéfano estaba ahí apostando.

P.D. Luis Aragonés y Jesús Paredes visitan mañana en el hospital de La Fe de Valencia a Di Stéfano que está evolucionando bien, acaba de abandonar la UCI, tras sufrir un infarto y ser operado a corazón abierto la pasada semana. Luis y La Saeta son grandes amigos y Paredes es íntimo de Alfredo, trabajaron juntos en Real Madrid, Boca Juniors y Valencia. El seleccionador y su ayudante acudirán por la noche a ver el Villarreal-Valencia de Copa del Rey.