El gran Pancho Varona me ha enviado hoy el soneto que hizo Sabina aquellos día de marzo de 2004 en los que Madrid perdió a cerca de dos centernares de ciudadanos en un atentado de los fanáticos de Al Qaeda. Impresionante.

Santa Eugenia es un tren de cercanías
que descarrila entre las dos Españas,
sangre en El Pozo, luto en las legañas
de la Virgen de Atocha, madre mía,

qué espanto, Leganés, qué uñas en celo,
qué pronto madrugó la madrugada,
qué tripas corazón, qué desconsuelo,
qué pesadilla, qué tanto por nada.

Pongamos que hablo de un Madrid herido,
póstumo, cojo, mártir, desabrido,
Samur de mica, feldespato y cuarzo.

Móvil afónico, cristales rotos,
luego llegó la gente con sus votos
a tomar por asalto el tren de marzo.

Joaquín Sabina, (Marzo de 2004)

(...) El momento más emotivo, superando la atronadora ovación a Javier Krahe presente en la platea, fue cuando recitó un poema en memoria de las víctimas del 11-M antes de interpretar 'Yo me bajo en Atocha', impresionante, desgarrador y emocionante (el nudo en la garganta, la piel de gallina, las lágrimas asomando en los lagrimales recordando la ignominia...). Hay que conseguir ese poema como sea para compartirlo en la red. (...) Este es un extracto de Locura Sabina (III). Y lo conseguimos.