Madrid me Mata (Sport, 10-1-06)
Roberto Carlos no vive sus mejores días en el Real Madrid. Su idilio con la afición blanca y con la prensa, que ha durado una década, desde que llegó a la disciplina madridista de la mano de Fabio Capello, ha terminado. El brasileño tiene cerrado un acuerdo con un jeque árabe para jugar en Qatar cuando concluya esta temporada y acabará en aquel exótico fútbol salvo que reciba una oferta de algún club puntero de Inglaterra. Pero su salida del Real Madrid debería ser menos traumática de lo que se aventura. Roberto Carlos no jugó en Bilbao el partido de ida de Copa porque le dijo a López Caro que no se encontraba motivado. Y para el choque de Villarreal, el técnico ensayó en alguna sesión de entrenamiento con Raúl Bravo de titular y Roberto Carlos de suplente, pero finalmente jugó el brasileño de principio.
Su rueda de prensa del pasado sábado, en la que se mostró a la defensiva, indica un nerviosismo que hasta ahora no había tenido. Es reprochable su comportamiento tras lesionar a Valdo. El sábado al fin pidió perdón al extremo de Osasuna, más vale tarde que nunca. El fútbol es caprichoso y no tiene memoria. Cabe recordar el extraordinario rendimiento que ha ofrecido el lateral madridista, posiblemente el mejor del mundo en su puesto en la última década, desde que se enfundó la elástica blanca. Sus apariciones en la prensa, en infinidad de portadas, le pudieron hacer antipático para los no madridistas, porque en algún momento hubo saturación de Roberto Carlos, que opinaba hasta de los atentados de ETA. Pero una vez utilizado, ahora que no venderá tanto, ya se le da la patada y se le prepara la salida desde los propios medios que utilizaron su imagen para vender. Es ley de vida, Roberto, pero tiene que doler, ¿verdad?
Y mientras Roberto Carlos, que el domingo inscribió su nombre de nuevo en la historia del Real Madrid al superar a Di Stéfano en número de partidos, lo pasa mal y nadie se acuerda de que ha ganado tres Copas de Europa para los blancos, Ronaldo también está sufriendo. Desde que llegó al Real Madrid no había tenido apenas lesiones, pero esta temporada se están cebando con él las dolencias. Brindó en Noche Vieja para que la racha de lesiones parara y por ganar la Champions por fin con el Real Madrid. Ronaldo no se borra. Ya forzó y arriesgó demasiado por jugar ante el FC Barcelona y ha vuelto a forzar por estar ante el Villarreal. Eso no es borrarse ni pensar en el Mundial. El Real Madrid le necesita (ha bajado notablemente su porcentaje goleador en su ausencia) y él intenta estar. Lo que no supera es que el público del Bernabéu nunca le ha tenido como uno de los suyos. Eso sí le duele y no se le olvida que el día que le dieron el Balón de Oro todo el estadio madridista coreó el nombre de Raúl…
Escrito por Matallanas | 10:36 a. m. | Enlace permanente