La cara de Florentino nada más pitar el final el árbitro en Son Moix no era mucho peor que la mostrada por las cámaras en diferentes palcos tras otras derrotas. Pero en ese momento decidió que se iba, que dejaba la presidencia y que asumía su responsabilidad de contar con un vestuario sin jerarquía alguna en la que cualquier problema debía solucionarlo él. Un vestuario al que concedió prácticamente todos los caprichos que le pidió. Decidió que se marchaba y para rumiar su sentencia declinó regresar con el equipo y quedarse en Palma, la isla donde decidió que fichaba a Figo, Zidane, Ronaldo y Beckham, sus queridos galácticos. Por la mañana, cuando llegó a Madrid, mantenía su voluntad en secreto. Sólo al filo de las 17.00 h., una vez citados los periodistas a esa Junta Directiva Extraordinaria, fue cuando su teléfono empezó a echar humo.
Cuando lo soltó en la mesa de la Sala de Juntas, muchos creían que era un brindis al sol, una despedida a lo Felipe González en Suresnes. Varios de sus directivos pensaban que sólo buscaba una aclamación popular, una manifestación enorme de cariño para reconsiderar la que rápidamente se dieron cuenta que era una decisión irrevocable. Y Florentino mostró su cara más humilde en la multitudinaria rueda de prensa, reconoció sus errores y admitió su derrota: la de no haber controlado a un vestuario y a unos futbolistas a los que en su mayoría aún adora. Hace semanas tenía claro quién iba a ser su sucesor.
Fernando Martín era el hombre de su confianza. Se lo había demostrado en las últimas decisiones importantes, haciéndole participar activamente en ellas. El nuevo máximo mandatario del Real Madrid, que según asegura su entorno y el de Florentino, tiene aún más dinero que el ya ex presidente, es un tipo sencillo y agradable al trato. Al frente de su empresa Martinsa ha sido un baluarte en la construcción de Valdebebas y se da la paradoja que debutará ante el Atlético de Madrid, club al que con sus inversiones en la División Financiera Inmobiliaria ha ayudado a configurar buena parte de su actual proyecto deportivo.