La España talentosa y cruda
José Manuel García
('Quedado especial' de MaTA-dor en Costa Balena)

Un cuarterón largo de la España futbolística se encuentra todavía sumida en un profundo letargo depresivo. El Mundial se ha ido por la taza del wáter para ruina de las televisiones y periódicos deportivos, que ahora tendrán que centrarse en el ‘fichaje del verano’ o en las elecciones a presidente del Real Madrid, un dolor de muelas para el socio blanco, que no sabe, no siente, no comprende qué quieren los que aspiran a suceder a Florentino. ¿Ficharían al diablo con tal de acceder al sillón que un día ocupó don Santiago? No sé, no sé...
La selección hundió el cogote ante Francia y nos dejó a más de un hispánico con ganas de meternos debajo de una cama. Una vez más, los galos nos pasaron por encima. Tuvimos fútbol, tuvimos talento, pero nos faltó sangre y mala leche. Los galos, que andaban muertos, resucitaron por culpa de la pócima mágica de Panoramix Zidane, que jubilado y todo nos mandó a por tabaco.
Zapatones sigue siendo el más sabio del mundo mundial para un nutrido grupo de la mediática, el que más sabe de esto de la pelota y el que, según el sanedrín futbolero, debe seguir timoneando la nave futbolística. Zapatones, timonel y Raúl su guía.
A mí ( y a muchos) me dolió la derrota como no os podéis imaginar. Por las formas. España talentosa y más cruda que un pollo con los ojos cerrados fue engullida por Vieira y Makelele, los matones de Doménech, que saben de qué va la vaina competitiva, repartieron leña por un tubo y se permitieron el lujo de mandar a callar a Zapatones, qué se habrá creído él.
España, no obstante, mostró credenciales de futuro. Me juego (con el anónimo que me insulta siempre: gracias por leerme, guapo) una de luces a que esta selección (los Xavis, Torres, Reyes, Cesc, Casillas, Iniesta, Puyol, Pablo...) tiene madera de campeona. Os digo que lo que hoy nos escuece, mañana nos dará glorias.
Zapatones tendrá que irse (no le haga caso a Villar: váyase y no haga el ridículo) y los deportivos habrán de inventarse alguna historia (para bomba el pestazo que desprenden las elecciones blancas) para sobrevivir de aquí a cuatro semanas, porque el Mundial murió para ellos. Una pena: nos queda Riquelme. Y Ronaldo