Los apuntes del Zurdito
Por José Luis Hurtado*
('Quedado especial' de MaTA-dor itenerante entre la revista Sie7e y el Parque de Lisboa)
Un Mundial es un bareto repleto de muchachas argentinas suspirando porque salga Messi (acordándose a la vez de la familia de Pekerman), es un tiarrón de dos metros tiritando porque suena su himno, es una cerveza que se cuela hasta la rodilla por una melé en el área, es una suegra preguntando a qué hora juega España y así surgirían mil detalles. Uno de ellos es que un Mundial es también un llanto del guapete Cristiano Ronaldo.
C.R. se deja secuestrar con la billetera por delante por la publicidad y el marketing hasta que aparece el fútbol. Sí, vale, lo mismo podría jugar para Abramovich o para David Delfín, pero el chico ha crecido así, con el rostro que parece sacado a diario de una lavadora. En sus lágrimas no había asesores de imagen. Eran las del chaval al que roban el balón en su barrio, al que le 'cholan' su juego favorito, al que echan de su fiesta preferida por una coz de un tipejo llamado Boulahrouz, apodado con acierto 'El Caníbal', denominación que al parecer ganó en dura puja con El cortaingles, El pisatibias o El Rompehuesos.
Cuando tiró para el banquillo con el saco de hielo en la pierna no aguantó más. Las 'enseñatangas' y los 'muestraCalvins', todos los que abrazan las marquesinas con su cuerpo, dieron un respingo al verle llorar porque les habría gustado ser su pañuelo. El Caníbal nos dejó sin su juego. Unos detestan sus pasos de baile antes de un pase, lo que llaman fútbol de fuegos artificiales. Es cierto que C.R. se empeña muchas veces en el 2x1 (dos regates cuando sólo se necesita uno) y que esos gestos dan chicha para los que le ven como un niñato chupón. Encima juega en la Gran Bretaña, con su moderada Prensa hincándole los textos y las fotos en la yugular. Pero con regates 2 por 1, 3 por 1 o 4 por 1, tenía derecho a seguir en el césped.
Cuando Deco, el hermano mayor que todos quisimos tener en la hierba, sacó su libro de juego salvaje disponía de la excusa (tampoco la necesita) que le había puesto en bandeja El Caníbal. El Mundial ya estaba en deuda con Cristiano Ronaldo. Le debía un partido más. Si la pierna sana la huella canibalesca habrá regatitos de Cristiano Ronaldo contra angelitos como Carragher o Ashley Cole. Si Cristiano Ronaldo llora que sea por el resultado, como le pasó en la Eurocopa, no por los caníbales.
*Nueva sección de MaTA-dor en la que Hurti, mi amigo José Luis Hurtado, dará su visión del Mundial. Hurtado y yo fuimos compañeros en Marca. En la actualidad es el jefe de la sección de deportes de la revista Sie7e.
Escrito por Matallanas | 11:24 a. m. | Enlace permanente