Fabio Capello, el fascista
Antonov - Madrid, 9 de febrero de 2.006
¡Pues sí señores! como faltaban declaraciones que hacer de nuestra Historia cercana, hoy la prensa nos beatifica con las declaraciones de Fabio Capello. A lo mejor nos les suena. Ya es difícil. Porque tratándose de fútbol, los españolitos sabemos más que la FIFA. Con decir que hubo una vez un político clandestino en los años 70 que no sabía quién era Di Stefano y casi le pillan. Por si las flys, aclaro: el señor Fabio Capello fué entrenador del Milan (así sin acento, es como se dice en los términos futboleros). Aquel Milan que le ganó una final de copa de Europa al BarÇa legendario, endosándole cuatro goles. Después vino al Madrid (Real, no se olvide) y ganó una Liga, cuando la época del presidente Lorenzo Sanz, que consiguió eso sí, endeudar la entidad hasta las trancas, y conseguir ganar la Copa de Europa en color (las otras cinco, que poseía la entidad eran de cuando la tele era en blanco y negro). Fué la famosa Sexta, con subida a la Cibeles, cargas policiales, etc. etc. Esta Copa, si bien ya no estaba Capello en el banquillo, por divergencias con el jefe, Sanz, y el hijo del jefe, al que no quiso alinear como defensa, porque era muy malo, se ganó, con los esquemas de Capello. Es decir la ganó como el Cid, sin estar físicamente en la batalla. Y se fué a Italia. Ahora como va a volver el año que viene de entrenador al Madrid (Real no lo olvidemos), empieza a soltar declaraciones de "acercamiento".
Entre sus lindezas, destaca que España "tiene el calor y la creatividad latina bajo un orden riguroso. El orden que dejó Franco" ¡Y se ha quedado tan ancho!. El periodista le recuerda, por si hay un lapsus, que Franco fue un dictador. El fascista Capello responde, sin pudor, “Si, pero dejó como herencia el orden. En España funciona todo y funciona bien. Hay educación, limpieza, respeto y poca burocracia. Deberíamos tomar ejemplo".
Bien, no es mi intención hacer un artículo deportivo, sino de análisis del fascismo. El problema del fascismo, como se vé, es que no necesita textos, ni teoría, ni mandamientos, ni ejercicios de academía, basta con las visceras y la cartera bien llena.
Cuando un personaje popular, incluso bueno en su profesión, larga estas lindezas, sin analizar, sin pensar, sin un ápice de verdad, sin filtrar, rascando un poco nos damos cuenta del abismo cultural con el que se encuentra el fascismo. No sabe este buen señor, que admira España por sus jamones, que los estadios se llenan, luego de estas declaraciones, de fanáticos (fans debe venir de esa expresión), que con banderas nazis y fascistas, porras, cadenas y bates de beisbol, e incluso en algunos países con pistolas, pletóricos de alcohol y otras drogas, arremeten contra todo (se dá la casualidad que incluso contra pacíficos espectadores de su mismo equipo) y ensayan como si se tratase de un preestreno teatral de la batalla, que de seguro si no se frena, se utilizará más adelante contra el resto de los ciudadanos. Los periódicos están llenos, por desgracia, de ataques a mendigos, vagabundos, obreros, emigrantes, que se encuentran sin querer con estos dementes.
Ese es el orden de Franco. El paso de la oca, el paso ligero legionario, los campos de concentración, las sentencias de muerte hasta unas semanas antes de expirar, los tiros en la nuca en las carreteras y caminos de personas que no habían participado en las trincheras, ni siquiera en la guerra, sólo por su adscripción republicana, el orden de construir un mausoleo con esclavos republicanos, sin jornal, sin sanidad; represión, represión, represión…Desde 1939 hasta 1975. Su herencia de orden la tomaron los falangistas conversos (Suarez, Fdez. Miranda) para introducirnos en una Transición modélica (laboralistas muertos en calle de Atocha, muertos en Montejurra, muertos en los Sanfermines 78, muertos por ETA, incluido Hipercor, muertos alpinistas en Almería, con unos totales que exceden los fallecidos en la época republicana, anterior a la guerra civil, que se utilizaron como excusa para iniciarla (estaba previsto el golpe de Estado mucho antes)). Herencia modélica, que no termina aquí. Las fuerzas democráticas se ven sorprendidas con otro golpe de Estado (Tejero, Armada, Pardo Zancada, etc. ), sigue el orden franquista, sigue la limpieza, el respeto y la poca burocracia. ¿Poca burocracia?. ¿Se habrá pasado el señor Capello por el Catastro? O ¿por un ambulatorio de la Seguridad Social? ¿Habrá pedido hora para un médico? ¿Habrá ido a consultar algo sobre la Renta de Personas Físicas a una delegación de Hacienda? O a las colas del carnet de conducir, o a las colas de emigrantes. ¡Que fácil es desfigurar la verdad desde el limbo de los inútiles con dinero y jamones!.
Terminaremos con la limpieza. La limpieza que haya visto el señor Capello en el estadio o en la Moraleja, no es la de las barriadas de chabolas. La limpieza de Capello del general Franco no debe saber que se hacía en las tapias de los cementerios o en las cunetas de los caminos. ¡Se limpiaba España de rojos!. Mola, del que Franco fue heredero, tuvo un bando para inspirar el terror en las poblaciones en que fueran llegando el ejército “nacional", es decir “nacionales" eran los marroquíes regulares, los extranjeros del Tercio de la Legión, los alemanes de la Legión Cóndor, los fascistas italianos de Mussolini. Bando de guerra en el que se indicaba que toda resistencia sería juzgada y “pasada por las armas" ¿Para qué el juicio entonces, si la sentencia ya estaba dictada?. Los bandos de Yagüe en Badajoz y de Varela en Mérida y de Queipo en Sevilla fueron similares. Esta es la limpieza del dictador. Mientras Capello toma el jamón serrano de jabugo, que por cierto ya le regalan, ni siguiera tiene que comprarlo, podía leer un poquito. El sabe tanto castellano que ya podría documentarse más, antes de abrir su boca.
Estas reflexiones sobre el fascismo, podrían extenderse más, para aquellos oportunistas que ven que la paz de los cementerios de nuestra España, lejos de la libertad, lejos de vivir en paz, solidaria y conjuntamente, no la queremos aquí. Esa era la paz de Capello. La paz del fraude y la corrupción de un club que le llenó los bolsillos y que ahora está dispuesto a llenárselos otra vez, aunque con administradores diferentes.
Un pequeño detalle. Mientras estaba escribiendo estas pequeñas líneas, el Madrid (no olviden lo de Real; sólo fue republicano ocho años) fue vencido históricamente por 6 goles a 1 por otro Real (Zaragoza) en una competición que se llama Copa Del Rey (también Real). Nunca a este equipo en una competición le habían marcado seis goles. Creo que en toda su historia. Quizás los jugadores se sintieron impresionados sobre su futuro entrenador y sus palabras. Ahora, posiblemente Fabio Capello, al que le llamaremos desde ahora El Fascista, dirá sin duda: “Con Franco, ganaban mejor".
http://www.nodo50.org/foroporlamemoria/documentos/2006/antonov_09022006.htm