EL RINCON DE JUDAS. Por Antonio Sanz
EL QUINTO HOMBRE
Por Antonio Sanz
Fabio Cannavaro ha sido consagrado nuevamente a los altares. Esta vez los que le han arropado son los seleccionadores nacionales y los capitanes internacionales. Las votaciones decidieron que el ganador del FIFA WORLD PLAYER sea el mismo que el del Balón de Oro, vamos que los ‘opinionistas’ del Periodismo han premiado al mismo jugador que los profesionales del Fútbol. Me gusta esta coincidencia. Más que nada para demostrar que los periodistas no estamos tan lejos de técnicos y futbolistas. Incluso, estamos mucho más cerca de lo que algunos piensan. De todos modos, sigo sin estar conforme con esta nueva victoria del italiano. Insisto, es un magnífico jugador, pero no es el mejor jugador del mundo. Ni aunque realice una función oscura. Ni aunque se deslice sobre el terreno de juego sin recibir tarjetas amarillas. Ni aunque liderara a la selección italiana en la consecución del título de campeón del mundo.
Me sorprende la feroz defensa que el madridismo realiza de Cannavaro. Dónde estarían si el napolitano siguiera vestido de blanco y negro. Pero ¡qué pronto olvidamos todos! No sólo el madridismo. También los amantes del buen fútbol. No me sorprende. La falta de memoria en el fútbol es atroz. Y hablo de la laguna mental de casi todos porque nos encontrábamos ante la oportunidad mundial para reconocer –madridistas y amantes del fútbol- a Zinedine Zidane como el quinto hombre.
El jugador francés decidió colgar las botas con el Mundial como escaparate final. Entiendo que Zidane meditó mucho la fecha definitiva de su adiós. No es fácil una retirada. Mucho menos la suya, por ser uno de los más grandes. Zidane soñaba con el título. Lo raspó con sus manos, pero su temperamento le traicionó. Antes de su acción, ya histórica, con Materazzi había liderado a los suyos ante España, Brasil y Portugal, incluidos dos goles. Cierto, antes había sufrido lo suyo y no pudo estar en el partido clave -Francia sin su estrella ganó a Togo- que les metió en octavos de final. Luego, marcó en la final. Luego, se cargó su propia estrella.
La gala final del mejor jugador del mundo dejó tres finalistas: Cannavaro, Zidane y Ronaldinho. Mi favorito quedó a 44 votos del ganador. Ronaldinho, a más de cien. Por eso, entiendo que era el momento de reconocer al galo como el quinto mejor jugador de la historia y subirle al pedestal en el que habitan desde hace décadas Di Stéfano, Pelé, Cruyff y Maradona.
Me sorprende que tipos del fútbol como Capello se muestren tan corporativos. Es lógica la defensa que hace de su defensa… aunque incoherente. Según él, Cannavaro es el mejor porque en el Mundial fue el mejor ya que en este torneo se reúnen los mejores del mundo. No le falta razón. Pero, espero que en los próximos tres años esté calladito. Pues bien, para Capello sólo debe existir un balón de oro o un Fifa World Player cada cuatro años.
VALOR SEGURO
No hace mucho alababa a Diego Pablo Simeone como entrenador de éxito garantizado. No me equivoqué. En su primera temporada como técnico, primer título. Para los que le conocemos, no ha sido una sorpresa. Es un hombre que vive por y para el fútbol. Es su primer y único mandamiento. La victoria ante Boca Juniors le ha impulsado al olimpo de los técnicos cuando aún está en pleno rodaje. El que empieza esta aventura eléctrica es Manolo Sánchez Delgado. Arranca en el Pegaso-Tres Cantos, un clásico de la Tercera madrileña, de dónde apareció como jugador, entre otros, Quique Sánchez Flores. En fin, mucha suerte en el estreno para el técnico extremeño.
LA SOBERBIA
José María del Nido está viviendo una esplendorosa etapa al frente del Sevilla FC. Por eso, tras los títulos, encara un nuevo camino. Las victorias te encadenan a la soberbia del éxito. No es de recibo que para defender a Juande Ramos ataque a Rijkaard… porque el holandés pasaba por allí. Me parece bien que hable bien de Ramos, que ensalce a Ramos y que aplauda a Ramos. Pero mandar al campeón de Europa al Sevilla ‘B’ me parece tan osado como peregrino. Mida las comparaciones, que por odiosas, pueden ser traidoras. Por cierto, lamentable el episodio del dueño del Betis con Andrés Ocaña, reportero de Radio Marca. No me mueve el falso corporativismo de esta profesión. Ni conozco al aludido. Me parece que es muy peligroso, por parte del dirigente, colocarle en la diana de todos los béticos.
EL EGM
Estudio General de Medios. Algo así como los exámenes de los periodistas. Todos los jefes pasan por esta prueba, más publicitaria que real o determinante. Pero eso sí, todos las ganan. Es cuando el periodista se siente más político. Todas las empresas -como los partidos- sacan la lectura más positiva para sus intereses. Me gustaría que el empeño fuese mayor en tratar de dar claridad a muchas parcelas oscuras que se cultivan con el periodismo. Desde esa perspectiva, seguro que todos -medios y oyentes- ganaríamos sin necesidad de enmascarar una clara derrota.
Escrito por Antonio Sanz | 7:08 p. m. | Enlace permanente