El aficionado Francisco Miguel
el arquero. columna publicada en la razón hoy
Por Kiko Narváez
Cómo le explica uno a su hija de siete años que todas las banderas que hay colgadas en los balcones, las caras de felicidad que nos encontramos mientras paseamos con una única conversación y la sensación de que estamos en el mes de diciembre, donde olvidamos todo y la Navidad nos une, es porque los verdaderos embajadores del «tiki-taka» práctico y con sentido, los nuestros, han sido los finalistas que con mayores méritos han llegado a la gran final.
Doy fe de ellos, que son muchas las frustraciones, injusticias y selecciones en las que también había buen rollo, que se quedaron mirando desde una terraza o en casa de algún colega la GRAN FINAL. Pero hoy los fieles «tikitakenses» demolerán este muro de las lamentaciones desplegando su genuino fútbol.
Enfrente tendremos a una Alemania poderosísima en el juego aéreo y con una banda izquierda, en la que Lahm y Podolski son determinantes. Ellos también juegan con que la experiencia y el escudo serán un suplemento de kilos en las botas de los que, no olvidemos, han convencido en la primera fase. Supieron sufrir con Italia en cuartos y domaron a la física Rusia del mago Hiddink hasta hacerle sacar bandera blanca.
Hoy todos esperamos que los nervios, ansiedad e inquietud sigan claudicando ante la lealtad y madurez que está demostrando nuestra selección española. Hasta aquí, durante el día de hoy al menos, dejo de ser Kiko y me transformo en Francisco Miguel, aficionado de España y paisano de Dani Güiza, que se enfunda la roja y se marcha hasta Viena para animar a los nuestros.
Escrito por Matallanas | 1:33 p. m. | Enlace permanente