Juande Ramos va imponiendo su impronta en el Real Madrid. Desde su llegada, se está viendo un equipo más ordenado, más simétrico y con mayor rigor táctico. Los jugadores están asimilando sus métodos de trabajo y su sistema de juego. El Real Madrid no enamora con su juego, pero va sacando resultados, va superando la crisis que provocó la destitución de Schuster.

Juande se encuentra preocupado por la falta de velocidad que tiene en ataque. Salvo Arjen Robben, que empieza a justificar los 36 millones de euros que pagaron por él al Chelsea, ha comprobado que no cuenta con jugadores desequilibrantes y veloces para articular los contragolpes. Considera a Huntelaar un buen delantero, pero es un rematador, acostumbrado a vivir en el área y con carencias para correr los contraataques. Valora a Raúl, pero el capitán perdió la velocidad hace tiempo y tampoco aporta en la fase ofensiva jugando lejos del área. Van der Vaart, que ha llegado más fino de peso tras el parón navideño, tampoco cuenta con la velocidad que busca el entrenador manchego. Saviola, que sirve para ese tipo de fútbol, no acaba de convencer a un técnico que le utilizó mucho en su etapa en el Sevilla. Y la baja de Higuain se notó bastante en el partido ante el Villarreal.

Por eso Juande considera necesario un nuevo refuerzo, un extremo veloz que le dé dinamismo en ataque. No es sencillo encontrar en el mercado un futbolista que pueda ser inscrito en la Champions, después del patinazo burocrático que obligará, salvo sorpresa de la UEFA inesperada, a elegir entre Lassana Diarrá y Huntelaar para una plaza de Liga de Campeones. La dirección deportiva sigue buscando un futbolista para completar una plantilla esquilmada por las lesiones. Pero debe ser un jugador que sume de cara al plantel de la próxima temporada. Y después de haber fichado, acordando el pago en varios plazos, eso sí, por 40 millones de euros a Huntelaar y Lass, no se quiere hacer un despilfarro en el nuevo fichaje que demanda Juande. Y, si no se encuentra un futbolista, con velocidad, en buenas condiciones económicas, quizás no se fiche. Aunque si las cosas no van bien en este mes de enero, quizás se tire de nuevo la casa por la ventana. ¡Será por dinero, Calderón!