Nadie da la cara por el entrenador
mata-dor. artículo publicado hoy en marca
En los últimos años, los dirigentes del Atlético no apoyan a sus entrenadores. Le sucedió a Javier Aguirre, por más que se apostara por primera vez por la paciencia y le aguantaran dos años y medio en su puesto. Tampoco nadie respaldó a Carlos Bianchi. Ni a Pepe Murcia. Nadie dio la cara tampoco por César Ferrando. Ni por Goyo Manzano. Ni Luis Aragonés tuvo el apoyo de los dirigentes que debe tener un entrenador del Atlético en su última etapa en el banquillo del Manzanares.
Ahora le sucede a Abel Resino. Por más discutible, e incomprensible, que sea su decisión de dejar a Forlán en el banquillo (si hubiera pasado el Atlético, Abel sería un monstruo por su planteamiento, como en el Bernabéu: somos resultadistas), nadie en el Atlético de Madrid ha respaldado al técnico ni le ha apoyado frente a las críticas del vestuario. Más bien al contrario. Es desde la cúpula del Atlético de donde salen las críticas que convergen con la de aficionados y jugadores.
Ningún dirigente ha afeado a Maxi Rodríguez, reincidente en pataletas intolerables para un capitán, que se fuera andando cuando fue sustituido, perdiendo un minuto de tiempo necesario para buscar la victoria. No ha habido ningún toque para Maniche por su nulo rendimiento en los minutos que jugó en Oporto y en el Bernabéu. Se ha disculpado que el Kun Agüero se meta a entrenador y se desmarque y no reconozca la autoridad de Abel. Sólo se discute al técnico. Igual que en los últimos años. Al entrenador nadie le apoya, aunque se equivoque. Nadie hace un mundo de nimiedades. El problema del Atlético es grave. Y está detectado. Por supuesto que entrenadores, jugadores y directores deportivos tienen su parte de culpa. Pero todo el mundo sabe ya quien son los culpables del insoportable empequeñecimiento del Atlético en las últimos cuatro lustros.
Escrito por Matallanas | 12:06 p. m. | Enlace permanente