La portería menguante, el discurso de Villar y la titularidad de Busquest
JAVIER GÓMEZ MATALLANAS. Los belgas sabían que no contaban apenas con opciones de ganar a nuestra selección, la SuperRoja, y encomendaron todas sus bazas a denunciar que las porterías de Riazor no contaban con la altura reglamentaria, sobre todo la del fondo norte a la que le faltaban 5 centímetros del césped al larguero para cumplir los 2 metros 44 centímetros a los que obliga el reglamento. A las 9 de la mañana del sábado la delegación de Bélgica denunció a los responsables de FIFA que la portería era más baja.
Nuestros operarios recibieron la indicación de que debían subir la portería, que era más conveniente que bajar el césped. Pero tras estudiar la situación, decidieron que era mejor rebajar el suelo, en una decisión muy española, a lo Pepe Gotera y Otilio, que no se pudo llevar a cabo con éxito en las doce horas siguientes. A las ocho de la tarde, trabajaban a marchas forzadas y la portería seguía siendo más baja de lo que obliga el reglamento. Además, la línea de meta había quedado irregular, poniendo en peligro los movimientos de Casillas y el portero belga. Los belgas seguían apretando porque sabían que España les podía dar una tunda. “Parecía que querían que nos dieran por perdido el partido 0-3 por los cinco centímetros”, comentaba una fuente federativa que reconocía a su vez su convencimiento de que la Real Federación Española de Fútbol va a recibir una fuerte sanción por el ya conocido como ‘el caso de la portería menguante’, que ya se había producido en Riazor hace varias temporadas en esa portería del fondo norte en un partido que arbitró Megía Davila.
El hecho de que se consiguiera poner a la altura que marca el reglamento el larguero no fue el motivo de que España le metiera una ‘manita’ a la selección belga. Con cinco centímetros también le habrían caído cinco goles, como mínimo, a los belgas porque cuando España se pone a jugar no hay quien la pare. Silva ha vuelto y ¡aún nos falta a Iniesta!
Antes del partido, la Federación invitó a comer a los internacionales gallegos o residentes en Galicia, en una buena iniciativa en este caso de Fernando Hierro que se va a convertir en habitual en todas las ciudades que visite la SuperRoja. Y en esa comida volvió a ofrecer un espectacular discurso Angel María Villar. El presidente de la RFEF con su retórica de altura, su ‘furbol’ y sus cosas, le da un toque surrealista a su dialéctica futbolística e institucional. En un lapsus, que él instantáneamente demostró que no fue tal, dijo que “somos los campeones del mundo, ¡los campeones del mundo!”. Rápidamente le soplaron por lo bajini y por lo altini: “De Europa, de Europa, presi”. Y Villar siguió su discurso más o menos así: “Ya, ya somos los campeones de Europa, pero estoy convencido de que vamos a ser campeones del mundo”.
Cuando nombró a todos los internacionales presentes (el histórico Marcelino-de-cabeza-marcándole-a-Rusia-un-gol (ver) declinó la invitación porque está molesto con Villar y la Federación por varios motivos, entre otros porque considera que maltrató a Luis Aragonés), Angel María Villar citó a Valerón, Paco Jémez, Fran, Donato y Víctor Sánchez del Amo sin coletillas. Pero cuando mentó a Emilio Butragueño, presente como ex internacional y como actual responsable de relaciones institucionales del Real Madrid, Villar dejó muy claro que lo nombraba por haber sido “internacional, no por otras cosas”, dejando ver de forma velada su mala relación con el Real Madrid de Florentino.
Pero el discurso de Villar no transcendió a la tribuna de prensa de Riazor antes del partido. Entre los periodistas sólo se hablaba de la titularidad de Sergio Busquest, que nos habíamos comido todos los informadores excepto Joaquín Maroto, responsable de selección en el diario AS, en cuya portada y en el campo de alineaciones probables daban por segura la titularidad del canterazo del Barça, mientras el resto de medios escritos, radiofónicos y televisivos daban titular a Marcos Senna que se quedó en la grada.
Y empezaron los resquemores apuntando directamente a Vicente del Bosque como filtrador de la información: “¡El que no filtraba a nadie! ¡Mira como ya le ha contado una a su amigo Maroto!”, se escuchaba en un corrillo a un reportero ofendido porque supuestamente Del Bosque se lo había contado al redactor de As con quien mantiene una relación formidable, como con la mayoría de los periodistas que cubren la selección, por otra parte.
Maroto explicaba al arriba firmante como le había llegado la información o, mejor dicho, como lo había intuido. Resulta que fue de enviado especial a Mónaco a cubrir el sorteo de la Champions y la final de la Supercopa de Europa y vio el partido junto a Del Bosque. El seleccionador, cuenta Maroto, no dejó de alabar a Busquets en todo el partido: “¡Si es que el sólo sostiene al Barça! ¡Cómo está el chaval!” Joaquín Maroto dedujo que de tanto piropo público, algo poco habitual en Del Bosque, el seleccionador estaba pensando ya poner de titular a Busquets lo que, unido a que Maroto no había visto a tope y totalmente recuperado de sus molestias a Marcos Senna en los entrenamientos (“¡No ha ido al suelo ni una vez!”), le hizo publicar que Busquets sería titular. Una explicación coherente que muchos periodistas siguen sin creerse y empiezan a mirar con recelo a Del Bosque por supuestamente haber tenido trato de favor con un periodista, algo que quiere evitar a toda costa y que, si lo hace, sería totalmente comprensible porque lo hace todo el mundo y no es motivo de crítica. Y mucho menos por parte de un periodista por más que no sea el afortunado de la filtración.
Son cuitas de periodistas absurdas y hasta incompresibles, pero que suceden y no se suelen contar nunca. En este caso, que no deja de ser una anécdota, el propio Joaquín Maroto quería que se supiera y aquí hemos contado su versión. No es una cosa del otro mundo anticipar un once titular, pero cuando lo das tu solo tiene mucho mérito. ¡Enhorabuena Joaquín por clavar el once con Busquets de titular!
Escrito por Matallanas | 8:02 a. m. | Enlace permanente