el rincón de judas. artículo publicado en público

Por Antonio Sanz
“Voy a llamar a Villar… y que suspenda la Liga”. La ironía de Clemente nace del suspiro de verse fuera del descenso. A Suárez, el jefe, lo tacharon de osado cuando tras la segunda destitución del año optó por agarrarse a la última boya. El técnico se ha reivindicado con su estilo y ha conseguido mantener viva la llama. Los números son excelentes: doce puntos en siete partidos y sólo una derrota, en el Calderón. Onésimo, el precedente, sólo ganó uno de diez, mientras que Mendilibar, en su cuarta Liga, arrastraba una racha de suicidio: sumó veintidós puntos en sus últimos treinta y un encuentros. Javi advierte que no empequeñecerá en Barcelona, pero sólo en una ocasión -al frente del Athletic y con gol de Goicoechea logrado en diciembre de 1982- logró vencer.

La irrupción de Sergio Canales ha desviado la atención de la triste campaña del Racing. Mandía duró una decena de semanas antes de que comenzara un casting de entrenadores. No es común en el fútbol profesional, aunque tampoco debe ser extraño. Los cercanos a Pernía, el presidente, aseguraban que tenía decidido el ganador. Portugal, el señalado, se ruborizaba cuando su agente presumía de la parodia del dirigente cántabro. De Biasi, Víctor o Luis Fernández y Paco Herrera defendieron su capacidad para relevar al caído. Con otro cántabro, con los deberes hechos en el banquillo rival, El Sardinero no debe sufrir en una tarde angosta de emociones.
Muñiz, amigo personal del dueño, abandonó Santander para retornar a la tierra donde triunfó, con el ascenso del Málaga a Primera. Criado a los pechos de Juande Ramos, no quiso estrenarse en La Rosaleda. Entonces, Sanz recuperó a un viejo rockero del balompié. Un intelectual con chándal que rompió el molde salvando al club en marzo, noventa días antes del epílogo. Antonio Tapia sólo encontró, pese al sobresaliente rendimiento, tibieza en los dirigentes -casi la totalidad antiguos alumnos suyos- a quienes ahora no les llega la camisa al cuello. Buscaban rememorar las batallitas de Segunda en la elite, pero hoy son sensaciones furtivas. Para temblar los registros de Muñiz ante el Real Madrid: tres direcciones, tres derrotas.

Se tiró en parapente para celebrar el ascenso. Admitió su locura, pero advirtió que el compromiso habita por encima de la razón. Este es Oltra. Un tipo íntegro que se sitúa a noventa minutos de una nueva hazaña. Sí, salvar al Tenerife será tan próspero como aquel retorno hallado a la máxima categoría. Con una defensa de chirigota, ¡dos goles por fecha!, su énfasis ofensivo procura solventar las grietas traseras. El encanto por tocar el balón y hacerlo circular con criterio lo aprendió en cada estación que recorrió desde adolescente. El destino ha querido que sea en Valencia, en Mestalla, en la ciudad de su alumbramiento, dónde obtenga la reválida, porque la cátedra del buen fútbol queda escrita allí por donde transitan sus equipos.

A Gorosito le han escrito hasta una sevillana. Al ‘Pipo’ lo adoran en Chile, pese al nacimiento bonaerense. Este trotamundos, como jugador actuó en Austria o Japón, ha resucitado al Xerez. Es quien más papeletas ha comprado para caer en el infierno, aunque quizá salga vivo de Pamplona, lo que habla de su excelente trabajo. Sus aires flamencos, probablemente, llegaron tarde a la cuna del arte.