Del bajonazo inicial al Jamón ibérico en Sudáfrica
crónicas africanas
Comer jamón ibérico en Sudáfrica nos aproxima mucho, muchísmo, a nuestra España querida. Esos jamones Beher Bellota Oro de Guijuelo que hemos empezado a degustar en el centro de prensa esta mañana (no veas como se ponen los enviados especiales extranjeros, ¡a dos manos!) son un auténtico privilegio. El ex árbitro Celino Gracia Redondo, de infausto recuerdo para muchos madridistas por su arbitraje en una de las ligas de Tenerife, ha vuelto a ser el encargado de montar la zona de trabajo de los periodistas, como ya hiciera con nota en Neustif en la Euro2008. En esta ocasión no es una carpa sino que se ha aprovechado uno de los edificios del complejo universitario donde se aloja y entrena España para que curren los esforzados enviados especiales.
El segundo día la cosa se ve mejor. La llegada a Johannesburgo, después de un viaje cómodo y placentero porque, aunque no fuimos en Bussines como los héroes de La Roja, el avión no iba lleno y se podía descansar bien, fue un poco caótica (lo de las vuvucelas esas es muy heavy, ¡son un martillo! El soniquete se nos metió en el timpano nada más pisar el aeropuerto y me da que nos durará todo el verano...) Principalmente por el accidente que sufrió uno de los autocares que desplazaban a los periodistas, que se estrelló contra un puente, porque el control de galibo que había en el final de la calle 120 estaba forzado (quizás a propósito) y permite que pasen vehículos con una altura mayor que la del citado puente. Todo fue muy rápido. No lo vimos desde el segundo autobús, a veinte metros, y pareció que habían tirado algo al autocar desde arriba del puente cuando se arrancó de cuajo todo el techo (el aire aicondicionado). La susceptibilidad con la que aterrizábamos por todas las noticias de la inseguridad de Sudáfrica nos hizo creer que los veinte lugareños (todos negros, no vimos ni un blanco por las calles de Johannesburgo) que se arremolinaban en torno a la chatarra recién generada sobre el suelo nos estaban tendiendo una emboscada. Los compañeros que iban dentro del autocar se llevaron un buen susto porque empezaron a saltar chispas en el techo. Fueron varios minutos de nerviosismo. Pero de ahí a reflejar el suceso en una portada va un trecho...
La llegada a Potchfstrom fue un bajonazo. El sitio está bien. Es seguro, pero después de 18 horas de viaje todo se ve negro, negativo, te arrepientes de venir al Mundial (¡con lo que mola!) y lo que más te apetecería es estar tirado en el sofá de tu casa. Y mucho más cuando te meten en un hotel donde no se puede trabajar. Sin entrar en otros detalles (ya os mandaré alguna fotito que me hice antes de que nos cambiaran de hotel esta mañana), porque venimos a currar y sabemos que no vamos a encontrar ningún lujo, ¡pero no tener mesa para escribir es muy fuerte!).
Todo se ve de otro color al día siguiente. Y hoy ha sido un día mejor. Con ansias de que debute La Roja. Con los cinco sentidos para percibir un nuevo continente, un nuevo país, una nueva cultura, dentro de lo que te permite el curro, os iré contando de vez en cuando cositas por este vuestro blog (principalmente por las presiones de una de las Supernenas de la Federación, que están muy tranquilitas en este evento, por cierto).
P.D. Os iré dejando unas fotitos todos los días en forma de galería que irán más o menos relacionadas con lo que escriba (si preferís las intercalo en el texto, no sé...)
GALERÍA
Escrito por Matallanas | 9:24 p. m. | Enlace permanente