Que la sigan... (Por Alfredo Duro)
¿os suena?
Por Alfredo Duro
Han sido tan múltiples como entrañables las muestras de menosprecio que ha recibido la selección española por el simple hecho de ser dirigida por Vicente del Bosque que dan ganas de vomitar en lugar de escribir. Tan poco han aprendido algunos (así les vá) que no han hecho otra cosa que ofrecer al mundo entero lo peor de sus miserables vergüenzas para, de esa manera, demostrarnos a todos lo malévola e indigna que pueda llegar a ser la asquerosa nostalgia en la que todavía hoy se rebozan. Hay que tener mucha vocación porcina para insistir en tanto abrazo con el barro y el fango. Hay que ser muy desgraciado para ponerse el disfraz de cerdo y renunciar al de compatriota y amigo. Hay que ser muy canalla y desdichado para mandar a paseo el crédito y el reconocimiento que tantos años ha costado ganar, y llevarlo todo al sumidero en forma de bocaza estúpida y grosera que no se cansa de hacer el ridículo. Por mí que la siga...
No es el caso, ni mucho menos, de un tal Maradona, cuyo destino no podía ser otro que el de tragarse en su máximo de propiedades todo aquello a lo que generosamente invitó a la gran mayoría de prensa argentina a la que galantemente invitó a raíz de su “fantástica” clasificación para la fase final de la Copa del Mundo después de conseguir un “histórico” triunfo ante la gran superpotencia que es Perú. Triunfo que llegó en el descuento, en grosero fuera de juego de Palermo, autor del gol de la victoria, y precipitó la caída al abismo del absurdo de un tipo que nunca superará la adicción más importante, la del respeto. Poco o nada se ha respetado a sí mismo este bufón deforme, incapaz de generar un solo gramo de crédito futbolístico como seleccionador, y progenitor impenitente de un sinfín de mamporreros, algunos en forma de jugadores, que de manera grotesca le han arropado durante un ciclo que los argentinos sólo pueden tomarse como una pesadilla que difícilmente vá a repetirse. Porque, entre otras cosas, es imposible que Messi acabe sin marcar un solo gol después de cinco partidos, salvo que el seleccionador sea un zote del tamaño tan desproporcionado que ha acabado por ser el mediocre chufletero en el que Maradona (el mismo que dijo que Portugal había perdido contra España por culpa de su amigo Baldassi) se ha convertido a sí mismo. Ya lo sabes Diego, la puedes seguir...
Y de paso, que tomen nota aquellos a los que el destino y la realidad les ha convertido en depositarios del mejor momento que nunca en la historia ha alcanzado la selección nacional. Escribo esto al poco de haber alcanzado las semifinales de la Copa del Mundo. Algo con lo que nunca anteriormente me había mirado al espejo. Ahora, a bote pronto, me miro y me veo con un matrimonio que es capaz de sujetar un enorme bigote de virtudes y bondades a la vez que el sueño apasionado de un país que, no tengan duda, no echa de menos ningún tiempo pasado.
Duro ¿os suena?
P.S: Para aquellos que piensan que aprovecho la clasificación de España para las semifinales de la Copa del Mundo como coartada y excusa para cobrar facturas de otros tiempos no demasiado lejanos, no quiero dudas. La respuesta es ... ¡SI! También vosotros, por supuesto, la podéis seguir...
Escrito por Matallanas | 7:41 p. m. | Enlace permanente