El último órdago (Por Antonio Sanz)
el rincón de judas. artículo publicado en público el 1 de mayo
Por Antonio Sanz
Alguien, con presente merengue, ha pronunciado la palabra estafa tras perder en Copa de Europa ante el Barça. En el ático se debate que es lo más propicio para el futuro del Real Madrid. La dualidad arrebata espacio al sentido común: la afición, mayoritariamente, apoya sin tapujos los métodos y las formas del idolatrado entrenador; mientras, los más puristas reprochan que la fortaleza del escudo es erosionada y que nunca el fin justificará los medios. Entre tanto, el equipo no juega a nada. En las noches europeas, donde el madridismo presumía sin recelos de historia y de principios, la metamorfosis, casi plenamente admitida, reclama histeria y absolutismo. Pero de fútbol no se habla. Eso sí, todos a uno son capaces de repetir como loros el discurso universal de ‘Mou’, menos precisamente, la estrella, que escupió que no es feliz. El mando no entiende gran parte de las decisiones del técnico: gritó con furor que necesitaba un ‘9’ más y los tres arietes iniciaron el partido en el banquillo; Ozil, descafeinado y arruinado sin balón, es sustituido sin sudar; Kaká, reclamado para romper el final, no revierte la inversión; o Alonso se hace tropa cuando su jerarquía es la de oficial.
Guardiola confirmó su acusación: Mourinho es el amo en la sala de Prensa. Es la fase que más desconcertó al poder. Florentino, que ha cedido todo para recuperar la victoria, se siente frustrado porque cuando se creía más cerca del Barça ha resbalado de nuevo. Además, cada día son más los que le martillean el oído y le cuestionan si el luso merece tanta libertad. A una distancia prudencial en la Liga, con la Copa en el bolsillo y aguardando el milagro del Camp Nou, los baches son cada vez más constantes en Concha Espina. Valdano se come cada jornada un sapo nuevo y Sánchez, el valido del técnico, lidera a los que mantienen la fe. Pero el último órdago de ‘Mou’ ha sido más farol que nunca. Esta vez ha descubierto su jugada, cuando aún se espera que descubra el juego.
Escrito por Matallanas | 12:59 p. m. | Enlace permanente