"Esos locos bajitos..." y del Atleti
El niño tiene tres años. Le pregunta a su madre: "Mami, ¿de qué pueblo es papá?", "Papá es de Madrid, como tú", le contesta mamá. "¡No!", responde serio el crío, "¡yo soy del Atleti!". Las explicaciones de la madre de que el Atlético es "de Madrid", de la ciudad, como el Real Madrid, no convencen al chavalín. Y cuando se cruza con su padre le increpa socarrón y con ese soniquete infantil para chincharle: "¡Tú eres del Madrid!" En sus tres inviernos de vida, su padre no ha querido imponerle equipo. Igual que elegirá si le apetece bautizarse cuando sea mayor, le da libertad para elegir equipo de fútbol. Aunque, inconscientemente, como canta Serrat en 'Esos locos bajitos' (uno de sus muchos himnos vitales), a nuestros hijos "les vamos transmitiendo nuestras frustraciones con la leche templada y en cada canción..." Y con el Atleti, el Madrid o el Barça. Y los amigos del progenitor, atléticos, le han enseñado a llamar vikingos a los del Madrid. Ellos son indios, claro.
Ese crío, en los tres veranos que ha conocido, ha sentido la alegría de las gestas de España en la Eurocopa y el Mundial. Y ha visto disfrutar también a los amigos de su padre con la Europa League y la Supercopa de Europa de su Atleti. Por eso cuando se cruza con alguien vestido con la camiseta de la Selección asegura: "Mira, del Atleti". Él posee la equipación del Atleti y de La Roja. Algunos de sus compañeros de la 'guarde', bastantes, como en todas las clases madrileñas, son del Madrid. Esos chavalines madridistas que nacieron después de la última Liga ganada por el Madrid en 2008, la segunda de Mijatovic y Calderón, los que aún no han completado tres primaveras, no han ido a Cibeles en sus casi tres años de vida. Y este chavalín del Atleti ya ha ido cuatro veces de celebración: dos a Cibeles a celebrar las victorias de España y otras dos a Neptuno, por los dos títulos del Atleti de 2010. Ninguno de sus tres otoños futboleros fue meláncolico. Es muy del Kun Agüero. Y de Iniesta. Y muy de Torres, por supuesto. "Con la leche templada y en cada canción. Niño, deja ya..."
esos locos bajitos (joan manuel serrat)
A menudo los hijos se nos parecen,
y así nos dan la primera satisfacción;
ésos que se menean con nuestros gestos,
echando mano a cuanto hay a su alrededor.
Esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par,
sin respeto al horario ni a las costumbres
y a los que, por su bien, (dicen) que hay que domesticar.
Niño,
deja ya de joder con la pelota.
Niño,
que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.Por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen en el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós.
Escrito por Matallanas | 5:53 p. m. | Enlace permanente