Luxemburgo si dio espectáculo en los micrófonos de la Cope. El técnico del Real Madrid se ganó a Abellán y su séquito de contertulios con su simpatía, su chulería, más cercana a lo madrileño que a lo 'brasilero', y su atropellado verbo. Su forma de ser, es un tipo agradable, aunque se mosquea demasiado, no le salvará cuando vengan mal dadas.
Hoy en mi Madrid me mata de Sport expreso mi sensación de que en cuanto el Madrid tenga otra de esas crisis por dos derrotas, el puesto de Luxemburgo volverá a estar cuestionado. Y que, aunque desde que llegó supera al Barcelona, si no consigue ofrecer buen juego en breve, no tendrá tiempo de desarrollar su proyecto.