Luis iza la bandera de la RFEF en la sede de concentración de España en el Mundial

(Fotos: MaTA-dor)

Luis Aragonés lleva metido en el Mundial desde que nos clasficamos en la repesca ante Eslovaquia. Nada más conocer los rivales que tendremos en la fase final y estudiar los cruces, Luis ya pensó en ser segundo de grupo para evitar a Brasil en los cuartos de final (está claro que primero debemos ser primeros, eliminar en octavos a Francia o Suiza...). "A ver si queriendo ser segundo te vas a pasar de frenada y quedamos terceros", le ha dicho de broma algún amigo.
Esta noche en El Tirachinas de la Cope lo ha reconocido: "Es cierto que me gustaría encontrarme a Brasil lo más lejos posible. Y ser segundo te permite ir por otro camino". Pero también ha comentado que en el primer partido ante Ucrania va ir a por la victoria, por supuesto. Una vez ganado ese partido no sé como se hará para manejar la clasificación para lograr ese segundo puesto en el grupo. Porque ante Túnez y Arabia Saudí también debemos ganar, a priori. Nunca antes había escuchado a un seleccionador plantearse una posibildad de este tipo pensando en el posible recorrido de la selección en el Mundial. Puede sonar pretencioso y puede quedarse todo en el cuento de la lechera, pero me parece que el planteamiento está cargado de una dosis de ambición admirable de la que hemos carecido casi siempre. De lo que no hemos carecido es de la venta de ilusión a través de los medios de comunicación, de periodistas que nos ilusionamos como aficionados de a pie que somos de España, que soñamos con que la selección española haga algo de una vez por todas en un Mundial. Y que esa venta de ilusión venga del seleccionador me parece admirable. A los batacazos estamos acostumbrados. Al éxito, de momento, no.


P.D. He estado hoy en Alemania en la visita de los periodistas junto a Luis Aragonés a la sede donde se concentrará España en el Mundial, elegida por Jesús Paredes y Antonio Limones. Sobria, austera, bien equipada. Ni un lujo, pero con buenas instalaciones. No vamos de vacaciones, no falta ni sobra de nada. No hay lujos, pero es un marco ideal para trabajar las victorias que esperamos. Se llama SportCemtrum Kaiserau, está la lado de Dortmund, y allí se concentró Alemania para ganar el Mundial del 74 y el del 90. Nuestro objetivo es acercarnos a Alemania, que nos saca mucha distancia con tres Mundiales y tres subcampeonatos del Mundo.