José Antonio Martín Otín, conocidos por todos como 'Petón', es Consejero-delegado de Bahía Internacional, la empresa que representa, entre otros futbolistas y técnicos, a Fernando Torres. Tras su etapa de futbolista y de periodista se hizo agente FIFA y hace unos años volvió a retomar su presencia en los medios con su excelente programa en Radio Marca 'El fútbol tiene música'. En la actualidad es colaborador de Maracaná 06 en Cuatro y hoy inicia sus colaboraciones en el diario AS. Se comprometió con un servidor a ser Firma Invitada en este blog y lo será.

A LA HEROICA GANA EL 'ALETI'
Por José Antonio Martín 'PETÓN'

Pues sí, parece que nos entra ese tembleque que en la jerga se llama cagazo cada vez que jugamos contra el blanco. Hasta hace un decenio, los partidos ganados por unos y por otros caminaban parejos, aunque ellos iban por delante. La Historia nos cuenta que para hacer sublime la paradoja, como siempre con el Aleti, el primer gol que recibimos del Madrid en Liga nos lo hizo uno de nuestros símbolos, Monchín Triana, toda una vida en el club rojiblanco y sólo un año y medio en el rival por un desencuentro con el presidente Urquijo. No importa que nosotros estemos jugando bien y ellos mal, hay un hado merengón que viene un par de veces al año a estropearnos la vida, mas hay solución, amigos. A una sola baza, en una final, a la heroica, el Aleti ha decidido. A todo o nada, gana la poesía. Esa va en rojo y blanco. Nunca nos han derrotado en los 90 minutos de una final; sólo una vez pudieron por penaltis y la sombra de Urrestarazu aún se pasea encadenada por la tropelía que cometió anulándole al Atlético el legal gol del triunfo. Pero en lo que dura un partido, una, otra y otra, las tres en el Bernabéu, fue nuestra la alegría.
Cuenta Schuster que en la última de esas finales Luis Aragonés les soltó una filípica de media hora con esquemas en la pizarra y todo el belén. Cuando acabó el rollo, les preguntó: "¿Lo han entendido?". Sí, contestó la tropa. Luis les miró, dio un puñetazo en el pizarrón y les gritó desencajado: "Pues esto no vale una mierda, salgan ahí y cómanselos por los pies, que ustedes son el Aleti y estoy hasta los huevos de perder con esta gente". Dice Bernardo que nunca entró en un campo con la fuerza de ese día, tanta que cuando hizo su legendario gol de falta corrió como un poseso a celebrarlo con la grada; a un metro se percató de que las banderas arriadas enfrente eran blancas: tuvo el tiempo justo para dar la curva y volver la cara al fondo lejano donde cuarenta mil atléticos cantaban su canción. Pues eso, que hay un truco: sentir que el partido es una final. A todo o nada.