El Barcelona conquista San Siro, pero el Milan amenaza vender muy cara su eliminación en el Camp Nou
"Quedan 90 minutos y son muchos para marcar un gol"
Clarance Seedorf, en El Tirachinas de la Cope
ANCELOTTI: "No es una derrota merecida, hemos tenido ocasiones y esperamos remontar el próximo miércoles"
"No es un buen resultado, pero tenemos posibilidad de remontar en el partido de vuelta"
Carletto Ancelloti, en rueda de Prensa, con la ceja izquierda arqueda.
RIJKAARD: "No hay efuoria"
"Es un resultado importante para el club y tengo que felicitar a mis jugadores por el trabajo que han hecho, se han comportado muy, muy bien"
Frank Rjikaard, en rueda de Prensa
RONALDINHO: "No estamos aún en la final, nos quedan 90 minutos que jugar"
Dinho, en la zona mixta de San Siro
Llegó el partidazo y defraudó un pelín sobre todo por su primer tiempo eminentemente táctico, en el que el Milan y el Barcelona compartieron la posesión de la pelota al 50 por ciento, algo extraño para el conjunto blaugrana ya que siempre supera a cualquier rival en la posesión del balón. Ancelotti se salió con la suya al controlar en esa primera mitad a Ronaldinho, su Milan presionó muy arriba, Gilardino estrelló un balón en el poste y Valdés hizo un paradón a un gran cabezazo de Shevchenko, y Etoo estuvo muy egoista en tres ataques que prefirió concluirlos con su disparo antes de centrar a Giuly, en posición más franca de remate. En la parcela táctica también estuvo bien Rijkaard porque la marca de Edmilson anuló casi siempre a Kaká, y Pirlo no podía surtir prácticamente balones a Sheva y Gilardino.
Pero parecía claro que en cuanto Ronaldinho la enganchase, el Barça se podía llevar el partido y eso sucedió en el segundo tiempo. Rijkaard le había dicho a Giuly que le cambiaba en el minuto 20 de la reanudación y el francés se aplicó para hacer una de esas magníficas diagonales en la que es especialista, se fue de Kaladze y Nesta, recogió el balón medido de Dinho y la empaló de un zurdazo al palo de Dida. Y a tocarla. El Barcelona empezó a mover el balón como tan bien sabe hacer este equipo y Ancelotti hizo un cambio que seguró que enfadó a Berlusconi y que no le gustaría al Bernabéu si fuese entrenador del Real Madrid: quitó a Pirlo, el arquitecto del juego del Milan, y sacó al bravo Paolo Maldini, adelantando a Serginho al centro del campo. Luego quitó a Stam por Cafú para entrar por la banda derecha y sacó a Anbrossini por Gattusso. Nada de nada. Iniesta agrandó su figura, amagada en la primera mitad y el Barcelona se lleva una victoria que vale oro. Pero aún queda la vuelta. Y del Milan nunca te puedes fiar, pero sería bueno para el fútbol que el Barcelona se plantara en la final, porque su juego enamora y el del Milan, no.
La afición milanista no dejó de animar a su equipo creando un clima de equipo campeón, pero se tuvo que rendir a la evidencia de un Barcelona que ganó a la italiana, tocándola mejor, con una genialidad de Ronaldinho, pero venció en su única ocasión clara. Como suelen hacer los italianos, pero jugando mejor al fútbol. A los cerca de dos mil aficionados del Barcelona únicamente reprocharle las bengalas que quemaron en su ubicación. La cara de Laporta sólo se torció anoche por este hecho.
Escrito por Matallanas | 1:17 a. m. | Enlace permanente