El Butacón del Garci (XXI)
Puede que todo haya sido mentira y el 2006 no exista
Por José Manuel García
Puede que aunque sea campeón de la UEFA 2006, el Sevilla Fútbol Club no sea digno de encontrarse en el olimpo de los dioses del balón.
Puede que ser campeón de la Supercopa 2006, venciendo por goleada (3-0) al campeón de la Champions League del mismo año, tampoco tenga los adornos suficientes para encaramarse en lo más alto de las estimas. Incluso aun sintiendo el Barcelona, rival sevillista de aquel lance de campeones, la desagradable sensación de haber sido pasado por encima de su lomo por un trolebús sin freno, puede que los méritos sevillistas no den para montarse en el tranvía del reconocimiento nacional.
Puede que el hecho de terminar el primero del mundo en 2006, según los sesudos junta-números del IFFHS, departamento de locos que anida en la FIFA, no suponga más que el arrebato de esos cuatro o cinco pellejudos, que lo más redondo que vieron en su vida fue una chocolatina (suiza) de nestlé.
Puede que el equipo que prepara Juande Ramos lleve diez meses y pico consecutivos sin perder un partido de Liga en Nervión, sólo sea producto de la casualidad, como también es casualidad y lance de la suerte el hecho de haber ganado todos los encuentros de la presente Liga en su feudo de Nervión. Más que campo, los adversarios piensan que el predio nervionense se asemeja a los arrozales del Delta el Mekong, plagados de trampas vietnamitas.
Puede que la nominación de cinco sevillistas (Palop, Dani Alves, Adriano, Kanouté, más el entrenador, Juande Ramos) al once ideal de la UEFA siga sin aventar el tufillo a cloro que arrastran los ‘reina-por-un-día’.
Puede que el hecho de ser el Sevilla el equipo que, de enero de 2006 a enero de 2007, más puntos ha conseguido en la Liga española no pase de ser una anécdota indigna de ser contada por Mingote.
Puede que haber terminado diciembre futbolístico como tres motos atómicas y el hecho de que el entrenador del equipo rival pulverizado sea más sevillista que el escudo que un día portó Sánchez-Pizjuán, exclamara, ahíto de fútbol, “este Sevilla me huele a campeón”.
Puede que sea un sueño, que todo haya sido mentira y que 2006 no exista. Puede que el vals no fuera compuesto por Strauss, que Paul Auster le hiciera un guiño a Triana sin haber salido jamás de Broocklyn. Puede que no existan Kanouté, ni Renato, ni Jesús Navas, que Danialves no sea el primo chico de Terminator, o que Luis Fabiano no haya escrito jamás un poema. Pero su gol es verso. Puede que Juande Ramos delire. O puede que ustedes no sean sevillistas. Me da lo mismo. Mi padre lo fue y yo también soy sevillista. Y lo que vivo (y disfruto) es lo que están ustedes viendo.
José Manuel García
Escrito por Matallanas | 12:13 p. m. | Enlace permanente