EL RINCÓN DE JUDAS. Por Antonio Sanz
LEO, ¡FUERA ESA ESPINA!
Por Antonio Sanz
No me es fácil escribir sobre un amigo. Es más, temo contar algo íntimo que él no desearía que saliera a la luz y por eso, anticipo, voy con el freno de mano echado. El pasado sábado Leo Franco rechazó dos penaltis en el campo del Betis. Salvó los tres puntos, apuntaló desde la portería el gol de Galletti y permitió a Aguirre sacar pecho después de un segundo tiempo dónde retornó el entrenador mexicano más reservón.
Leo Franco es un buen tipo. Un pibe legal y leal. Firme, serio, sincero, amargo -en ocasiones-, pero comprometido con la causa rojiblanca. Leo levanta la voz cuando se le necesita, Leo susurra cuando no le esperas y Leo se calla en el éxito. Ahora convive con el triunfo, pero destierra esa compañía. Se siente mejor y más cómodo cuando se ve subido en la zona de Champions de la clasificación con el Atleti. ¿Por qué? Porque vino para eso. El portero dejó Mallorca -dónde jugó la Champions y se proclamó campeón de Copa del Rey- porque entendía que desde el trampolín atlético estaba más cerca de asaltar los títulos. Suma dos años, éste es el tercero y ha sufrido más que ha sonreído. Hoy se observa desde el cuarto puesto de la clasificación. Creo que se gusta. Desde entonces, y tras llegar sin hacer ruido fichado por Toni Múñoz durante el verano del 2004 para afrontar la denostada Intertoto, se ha ganado la credibilidad de la afición y ha conseguido dar estabilidad a la portería madrileña.
Molina era el último mohicano. Después pasaron con mejor o peor suerte por la plantilla y con más o menos minutos: Toni Jiménez, Sergio Sánchez, ‘Mono’ Burgos, Esteban, Juanma, Pindado, Lledó, Sergio Aragoneses, Cuellar, Galán, Falcón y Roberto. Hoy nadie discute su asentamiento sobre la moqueta verde que aún se mantiene cerca de las obras y del río Manzanares.
Sin duda, el Mundial 2006 era objetivo de Leo. Se trataba de estar en la nómina de los arqueros de Argentina. La presencia de Peckerman al frente de la albiceleste le dio estabilidad y confianza… aunque destinado a ser el eterno suplente de Abbondanzieri y de Lux. Al portero del Getafe, titular entonces en Boca Juniors, nadie le movía del once. Franco era el suplente. Pero aún cuando no jugaba el ‘Pato’, calentaba convocatoria porque el seleccionador otorgaba el ‘1’ a Lux. En la previa del Mundial, los medios argentinos apostaban por un trío donde junto a los dos titulares estaba Ustari, la joven promesa. Claro, ¿cómo apostar por el meta que salió de puntillas de Independiente con dos partidos jugados bajo los palos? Vamos, todo un desconocido. Pero, a Leo, de aquella, no le importó renunciar a su contrato para fichar por un modesto equipo español que trataba de afianzarse en Primera, el Mérida de Pepe Fouto. Allí coincidió con otra garantía argentina, el ‘Mono’ Navarro Montoya. Un año le bastó, y desde el banquillo, para ser la apuesta del Mallorca. Allí coincidió con otros dos veteranos compatriotas: Roa y el ‘Mono’ Burgos. Vamos, que a calentar banquillo. Desde él, debutó en Alemania. Ya ni lo esperábamos. Ya pensábamos que derribar al ‘Pato’ era misión imposible. Pero, una lesión sacó de cuajo al portero de Boca para dar entrada al del Atleti… Vestía de rojo, apenas calentó, se santiguó, se apretó los guantes y a parar en un cuartos de final ante el anfitrión. Recibió el empate a uno y en los penaltis no paró ninguno de los cuatro lanzamientos de los germanos. Para casa.
Aún hoy llora aquella tarde. Uno, que estaba en medio de una boda y era testigo del novio, llegó tarde a la ceremonia por ver la tanda. Después, le llamé. Una voz seca y fría me recibió. “No pude hacer nada”, me contestó. “Bueno Leo, ya te sacarás la espina”, le dije. Hoy lleva parados los tres penaltis que le han lanzado en esta Liga. Como dicen por ahí, el fútbol es así… de caprichoso. El entiende que esa espina no saldrá nunca.
EL VUELO DE GABI
Gabi renunció a viajar a Sevilla porque quería reflexionar. Y mira que es duro el momento para alguien que es atlético y que quiere triunfar en el Atleti. No sé las veces que me ha dicho que desea cortar las dos orejas en el Manzanares. Incluso aceptó un año en Getafe para crecer como persona y como futbolista. Y lo hizo. Sin embargo, las oportunidades escasean. Por eso, Valencia y Deportivo le quieren llevar a su casa por Navidad. Es consciente que fuera tendrá más opciones de jugar que en casa. ¿Renueva o vuela? Qué decisión más difícil para alguien que ama al Atleti.
LA ASAMBLEA
Me interesé por la Asamblea del Real Madrid. Me interesaban las explicaciones que Ramón Calderón iba a dar a los socios compromisarios. Un tema que resulta feo y poco atractivo para los propios madridistas, pero que está en la calle y, sobre todo, en los medios. Bueno, pues me enchufé a Real Madrid TV y después del discurso del presidente, cortinilla de salida y un refrito de programas del pasado: la inauguración de la tienda, el baloncesto… Me dicen que no existió ningún problema técnico. Me dicen que estaba previsto así. No entiendo la política de comunicación. Entiendo que muchos socios o seguidores madridistas vivieron mi misma circunstancia. Menos mal que Calderón busca transparencia… no será por la televisión.
CETRERIA
El pasado sábado aproveché el día libre para cumplir con una promesa que realicé a mi amigo Jorge Castaño hace tres años. Salir a cazar con él y sus halcones. Me acompañaron mis colegas del barrio: Fran, Javi y Cris y Luís. A Jorge le acompañó Iván, su colaborador. Por el aire viajaban tres preciosos halcones: Africa, Apache y Duque. Vaya tela. Mereció la pena el madrugón. Dos detalles: la habilidad y la sabiduría del cetrero para desenvolverse en el campo. Lo de manejar su oficio ya lo había vivido en el Calderón. Se mueve como Torres en el área o Valera en la banda, de matrícula de honor. Me faltaba verle en el escenario de los barrancos, las madrigueras y las cuestas. Ahora le espera el Campeonato de España de Cetrería. Es el favorito. Ganará.
Escrito por Antonio Sanz | 6:40 p. m. | Enlace permanente