Capello arranca el Real Madrid ‘postgaláctico’
'Madrid me Mata' (sport, 27-107)
El Real Madrid ‘postgaláctico’ es un hecho. La salida de Ronaldo al Milan (malvendido al equipo de Berlusconi) certifica el final de un equipo que llegó a atraer a todos los amantes del buen fútbol. Florentino Pérez consiguió poner en práctica una idea faraónica y juntó a los mejores jugadores del mundo en el Real Madrid. La idea era buena, pero no supo hacerla los retoques necesarios en el momento adecuado, esos retoques a los que obliga las leyes inexorables del fútbol, y se llevó por delante, ahora va a hacer un año, a su creador. Muchos seguimos pensando que el gran error de Florentino fue echar a Del Bosque, posiblemente el mejor entrenador posible para dirigir con mano izquierda, sentido común y preservando los valores históricos del madridismo, en lo que a la caseta se refiere. Y vender a Makelele (‘bienvendido’ al Chelsea de Abramovich) y no buscar su recambio. Y dejar a Queiroz manejar una plantilla que representaba al extremo la dogmática y no corregida política de Zidanes y Pavones. Y con Queiroz y todos los galácticos en el campo el Real Madrid hizo el mejor fútbol que se le recuerda en el último trienio negro. Pero duró sólo una vuelta y el equipo se diluyó como un azucarillo sin banquillo, con canteranos que llegaban al primer equipo para cumplir la cuota de ‘pavones’, con los galácticos sin recambio y sin un ‘plan renove’ necesario para reinventar y reconducir el ambicioso e ilusionante proyecto inicial.
Se intentó corregir, pero tarde, mal y nunca. No se miró al mercado español hasta pagar, supuestamente, la cláusula de Sergio Ramos. El central era Milito y se tardó un año en traer a Samuel. El sustituto de Makelele (ese futbolista imprescindible para sostener tanto talento sobre el campo) llegó tarde y no era ni Gravensen ni Pablo García. Robinho era una promesa necesaria, pero habían tenido a tiro, y barato, a Kaká, y prácticamente firmado a Ronaldinho. Una vez fuera Florentino la reestructuración necesaria, la revolución obligada tampoco se hizo de la mano del sargento chusquero Capello y con el provisional y lenguaraz Ramón Calderón en la presidencia. Diarrá podía ser el Makelele buscado, pero nunca jugando junto a Emerson. Cannavaro llegó con el Balón de Oro ganado y se echó a dormir. Van Nistelrooy ha hecho goles, pero tiene demasiada irregularidad al ver puerta. Y Gago, Higuaín y Marcelo son promesas necesarias pero pagadas muy, muy caras, como ocurrió con Robinho.
Se encuentra el Real Madrid en mitad de un fin de ciclo que parece interminable y tampoco se vislumbra el comienzo del nuevo ciclo. Por más que el equipo se encuentre a un punto del Barcelona (cuyos síntomas de debilidad dan algo de moral al madridismo, aunque el inminente regreso de Eto’o y de Messi les sumen en un cierto desasosiego) no se cree en Capello como líder del resurgir madridista. El trato que ha dispensado a Ronaldo no ha estado a la altura del señorío histórico de un club que últimamente despide mal a sus estrellas. El Real Madrid ha ‘regalado’ a Ronaldo por 7 millones de euros (pagó 20 por Gago, 12 por Higuaín y 10 por Marcelo). El Fenómeno vuelve a Italia. Y con muchas ganas de tapar la boca a Capello. Cada gol del brasileño será un puñal para el técnico italiano. Y el cruce de declaraciones entre Ronaldo y Fabio promete… Y, mientras, Capello arranca el Real Madrid ‘postgaláctico’.
Escrito por Matallanas | 6:00 p. m. | Enlace permanente