¿OS SUENA? Por Alfredo Duro
Un traidor llamado Ronaldo
Por Alfredo Duro
Reconozco que nunca acabé de ver con buenos ojos la llegada de Ronaldo al Real Madrid. No me han gustado por lo general los cambios de acera y me resulta inevitable desconfiar de la facilidad con la que algunos interpretan el compromiso sentimental y el orgullo que representan escudos y camisetas. En el caso del brasileño entendí que el jugador pisoteaba la generosidad y el afecto que el Inter le había brindado en momentos especialmente dolorosos para Ronaldo, pero también para el propio Inter. Me costaba trabajo entender que, después del sufrimiento compartido, los lazos entre jugador y club no se hubieran estrechado lo suficiente para evitar cualquier intromisión externa. No podía ser única y exclusivamente por dinero, y el brillo de éxito y títulos que el Madrid “garantizaba” resultaba menos cegador tratándose de un campeón del mundo. Visto así la única razón que justificaba la traición de Ronaldo al Inter tenía como finalidad devolverle al Barcelona la pésima salida que los azulgrana le habían provocado tiempo atrás. La aparición del Real Madrid en la escena supuso pues, para Ronaldo, la situación perfecta para consumar su venganza particular.
Pasados cuatro años de su llegada al Madrid, Ronaldo representa mejor que nadie la imagen del fracaso “galáctico”. Su alergia a los entrenamientos y al cuidado físico han sido la causa real de su decadencia. De su prematura y penosa decadencia. Además, Ronaldo se ha convertido en una mala influencia para otros jugadores que, recién llegados al club, han sido aleccionados en el arte del capricho y la holgazanería. En el Madrid sabían que Ronaldo era uno de los grandes obstáculos para recuperar la conciencia del esfuerzo y la responsabilidad. Eso que algunos denominan “ética del trabajo” y que tan mal estaba visto por el Antiguo Régimen. Por eso se aplicaron en la tarea de su traspaso en verano. Intentaron prevenir con un virus que ya estaba dentro y fracasaron. Durante un breve período de tiempo el físico de Ronaldo invitó a la resurrección. Bajó peso y nos convenció que tenía guardada una última demostración de ilusionismo. Mentira y traición.
Ronaldo está a punto de consumar una nueva traición y por muy excesivo y refinado que parezca, la víctima de la traición vuelve a llamarse Inter. Ronaldo ha llegado a un acuerdo económico con el Milan, y solamente ese hecho debe ser motivo de sonrojo y vergüenza para los que se empeñan en perpetuar las descomunales condiciones que en otro tiempo, ya lejano, le convirtieron en el mejor delantero del mundo. Si existe un equipo en el mundo por el que Ronaldo no debería fichar es el Milan. No se lo merece el Inter, y menos ahora que se encuentra en fase definitiva de recuperación del shock que su salida causó en otro tiempo. Verle de nuevo en la ciudad con la camiseta “rossonera” es descubrir en Ronaldo un maestro de la deslealtad, un inconsciente al que le resulta imposible medir las consecuencias reales de su falta de madurez. De eso es tan responsable Ronaldo como el 'entorno bobo' que le rodea y le consiente tamaña falta de gratitud.
Ese 'entorno bobo' se atreve además a mostrar a Ronaldo como el gran damnificado por la falta de respeto que dicen ellos está mostrando el club con el jugador. “Ronaldo está enfadadísimo” dicen los bobos con una mezcla de victimismo y amenaza que les delata. Se les olvida que el enfado es un estado de ánimo pasajero. Se les olvida a los bobos que el enfado se pasa y se perdona, la traición no.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 8:56 p. m. | Enlace permanente