Juntos pero revueltos (¿Os suena? Por Alfredo Duro)
¿OS SUENA?
Por Alfredo Duro
Celebro por todo lo alto el repentino e hipócrita ataque de moral, ética y deontología con el que un sector del periodismo y el madridismo se ha tomado la campaña del “juntos podemos” y la participación activa que el núcleo más importante de la plantilla ha tenido en el mismo. Lo celebro porque tal actitud les acerca como nunca anteriormente a un amplio porcentaje de aficionados que llevan años y años soportando de manera colosal una inagotable galería de campañas, mensajes y slogans que, por momentos, parecían encaminadas a distraerles de una feroz realidad. Una realidad de miseria en títulos y anorexia futbolística. Tan cruel que, llegado el mes de marzo, dejaba al Real Madrid fuera de todas las competiciones.
La paradoja del caso es que los aficionados vacunados contra el engaño y el mundo virtual estaban y están en el mismo sitio. No pueden decir lo mismo los madridistas de galáctica militancia y su correspondiente artillería periodística, que sin ningún sonrojo, pretenden ahora erigirse en combatientes del márketing y la manipulación.
Cansados de no ganar y de comprobar lo difícil que resulta ganar, los fieles del Bernabeú son presa fácil de la esperanza y la ilusión. Cualquier excusa parece válida para poner en marcha la máquina de la fantasía. Pero hay diferencias notables en cómo y por qué se pone a prueba la inocencia del noble aficionado en forma de campañas y bombardeos mediáticos.
No hace demasiado tiempo, cuando los resultados eran igual de malos que el juego, la maquinaria propagandística del club se volcaba en campañas que pretendían demostrar una disparatada teoría conspirativa de persecución arbitral. Los responsables de aquel absurdo eran aplaudidos y elevados a la consideración de ilustres neo-filósofos. A pesar de la fiebre mamporrera, se les permitió hacer uso del nombre de Juanito para, “en su nombre y con su espíritu” intentar dar la vuelta al humillante seis a uno recibido en Zaragoza en la Copa del Rey. De haberle preguntado a Juanito habría sido posible que, avergonzado por la constante profanación de la camiseta por la que él se dejó todo, les hubiera pisado el cuello antes de volverse a su blanca tumba. Aún así todo el madridismo sin excepciones empujó para hacer posible un milagro que no llegó. ¿Qué es lo que se pretende negar ahora entonces, y bajo qué inaceptables premisas?
La última campaña que se suma a la escena se tiñe de rojo y tiene a Luis Aragonés como sospechoso ilusionista. España se juega ante Dinamarca algo más que la clasificación pero, afortunadamente, no es marcada de cerca por los censores de la esperanza blanca. Se han puesto el traje de ardor guerrero y, olvidándose de “innegociables conceptos” y de los vergonzosos tropiezos de Belfast y Suecia proclaman a los cuatro vientos el seguro triunfo de los nuestros. Supongo que, como a mí, les cambió la cara el fogonazo racial que tuvo lugar en Inglaterra. Me parece suficiente para esperar algo diferente de España. Como lo espero del Madrid. Algo tan futbolístico como un par de huevos… revueltos.
Duro ¿os suena?
Escrito por Matallanas | 2:40 a. m. | Enlace permanente